El Arzobispo Emérito de Quito, Cardenal Raúl Vela, estuvo hospitalizado durante un mes y medio en el Hospicio de San Camilo de Quito, centro de los Padres Camilos para cuidados paliativos. Así lo revela el portal de noticias del Vaticano.
El cardenal falleció a las 9 p.m. de ayer, domingo 15 de noviembre a la edad de 86 años. El cardenal Vela participó en el Cónclave que eligió al Papa Francisco en 2013.
Sin embargo, sus logros se han destacado durante toda su vida. El 21 de marzo de 2003 fue nombrado arzobispo de Quito, donde puso en marcha, entre otras cosas, un proyecto que involucra a todas las parroquias en la educación de los jóvenes. También se dedicó con gran atención a la formación de los sacerdotes, lanzando un curso específico para los recién ordenados. El 11 de septiembre de 2010, a la edad de 76 años, renunció al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Quito y el 20 de noviembre del mismo año el Papa Benedicto XVI lo creó cardenal, con el título de Santa María en la Vía.
Ecuador solo ha tenido 5 cardenales
Según la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Ecuador ha sido representado con este alto título en el Vaticano por cinco veces. Según reseña la CEE, el primero fue Carlos María de la Torre (1953-1968), seguido de Pablo Muñoz Vega (1969-1994), Bernardino Echeverría (1994-2000) y Antonio González (2001-2008). Raúl Vela fue el quinto Cardenal que ha tenido el Ecuador en su historia.
El deber de los cardenales, con relación al papa, es el mismo que el del cabildo con relación al obispo, y la misma analogía en el caso de sede vacante. Incluye asistir a las reuniones de la Universidad y estar disponibles individual o colectivamente al papa si este pide su consejo. La mayoría de los cardinales tiene deberes adicionales, como atender una diócesis o archidiócesis o ejecutar una sección de la Curia romana.
Otra de sus funciones principales es elegir el nuevo papa durante la vacante de la sede, o sea durante el período entre la muerte del sumo pontífice y la elección de su sucesor.
Para ser Cardenal se necesita la edad de 30 años, 25 para adquirir el carácter de cardenal presbítero y 22 para la dignidad de cardenal diácono. No pueden obtener ninguna de estas gracias los que tengan parientes consaguíneos, dentro del 1er o segundo grado, en el colegio de cardenales. Para su nombramiento, según el «Código de Derecho Canónico», se eligen varones destacados por su sabiduría (doctrina), costumbres (coherencia de vida), piedad (oración y relación experiencial con Dios), prudencia (buen actuar, discernimiento, decisiones acertadas) y según su país no sobrepasando el cupo estipulado a este.