Un conjunto de investigadores del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washigton publicó que el mundo no está preparado para la caída dramática en el número de nacimientos.
La conclusión fue publicado en la revista The Lancet, y este estudio indica que la caída de los índices de fertilidad significa que casi todos los países podrían ver sus poblaciones reducidas para fines de siglo.
Se espera que en 23 países la población se reduzca a la mitad para 2100. Además, según el estudio, la población también envejecerá de forma dramática con casi el mismo número de personas que llegan a los 80 como de personas que nacen.
Si el número de la tasa de fertilidad cae por debajo de aproximadamente 2,1, el tamaño de la población empezará a reducirse. Para tener un aproximado, en 1950 las mujeres tenían en promedio 4,7 niños en su vida, de acuerdo a proyecciones del estudio de la Universidad de Washigton este número caerá a 1,7 para 2100.
En consecuencia, los investigadores esperan que el número de personas en el planeta llegue a su punto más alto en 2064 con 9.700 millones, antes de caer por debajo de 8.800 millones para fines de siglo.
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¿Por qué esta cayendo la tasa de fertilidad?
Al contrario que se esperaría, no tiene nada que ver con la reducción de tasa de nacimiento con problemas en el esperma o temas de fertilidad. El fenómeno está impulsado por el hecho que más mujeres están ascendiendo a la educación, trabajo y el mayor accesos a métodos anticonceptivos; permite que las mujeres puedan elegir tener menos niños.
La mayoría podría pensar que esta noticia es maravilloso para el cuidado del medio ambiente, una población más pequeña tendría menos emisión de carbono y deforestación.
¿Quién paga impuestos en un mundo de personas mayores? ¿Quién paga por la atención médica de los ancianos? ¿Quién cuida de ellos? ¿Podrá la gente jubilarse?», son las preguntas que nacen al tener inconvenientes derivados de la pirámide de edad invertida ( más personas adultas que jóvenes).
Los investigadores advierten que no debe darse marcha atrás en el progreso en la educación de las mujeres y en el acceso a métodos anticonceptivos.
Una de las alternativas para este problema sería la migración, permitiendo una mayor facilidad en cruce de fronteras y oportunidades laborales. BBC