«Me duele el estómago, me duele el cuello. Por favor, por favor. No puedo respirar». Fueron las últimas palabras de George Floyd, el afroamericano que murió asfixiado con la rodilla de un policía en Minneapolis, Estados Unidos. El hecho ocurrió el 25 de mayo de 2020 y ha causado indignación en el mundo. Tanto, que en ese país se desencadenó una ola de protestas contra el crimen racial.
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«Es cruel cómo murió, se lo han robado a mi hija». Dijo al Houston Chronicle, Roxie Washington, madre de la hija (6 años) de Floyd, quien tenía 46 años de edad.Vivía en Minnesota con sus hijos y su esposa.
Floyd, originario de la ciudad de Houston, llevaba cinco años trabajando como guardia de seguridad de un restaurante y club latino de Mineápolis. Además, era fanático del baloncesto y del fútbol. También era un poco conocido en la industria del hip-hop.
En el refugio para personas sin hogar Harbour Light del Ejército de Salvación también era guardia de seguridad. «Tenía un corazón que se preocupaba por las personas y nuestra comunidad», mencionó Brian Molohon, director de esa organización benéfica.
Floyd era un gran amigo del ex jugador de la NBA, Stephen Jackson. Ambos crecieron en viviendas sociales de Houston. Juntos jugaban en el colegio. Aunque Stephen tuvo otras oportunidades que le permitieron llegar a la NBA.
Jackson lo llama su «gemelo» y también se mostró muy indignado en redes sociales por la muerte de George. “Cualquiera que nos conociera sabe que eras mi hermano”, escribió en sus redes sociales.
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Los hechos
Esta semana, Floyd fue detenido por un oficial de la policíade Minneapolis al intentar pagar con un billete falso de 20 dólares. Pero, el uniformado lo terminó sometiendo. Y hasta puso su rodilla en el cuello dejándolo inconsciente a pesar de los gritos. Hasta que, minutos después llega una ambulancia y el detenido es subido a una camilla sin dar señales de vida.
Los policías llegaron al lugar de los hechos tras recibir una denuncia sobre el uso de un billete falso. A su arribo encontraron al sujeto sentado dentro en su vehículo. Y cuando se le ordenó que saliera se resistió el arresto, según la versión oficial, que añade que durante la detención, cuando los agentes ya tenían al hombre esposado y tendido boca abajo, notaron que presentaba «dificultades médicas».
En el video, tomado por viandantes que se toparon con la escena, se ve al hombre boca abajo en el pavimento y a un agente sobre él apretándole el cuello con una rodilla durante varios minutos, sin modificar su postura, pese a que se escuchan las quejas del detenido de que no puede respirar, hasta que parece perder el sentido.
Repudio y protestas
Ante estas pruebas gráficas, el alcalde de Mineápolis, el demócrata Jacob Frey, aseveró este jueves que Floyd fue «asesinado por ser negro» y que «estaría vivo hoy si fuera blanco».
En plena pandemia, miles de personas regresaron anoche a las calles por segundo día consecutivo en una serie de protestas que incluyeron escraches en las viviendas del policía que asfixió a Floyd con su rodilla y del fiscal del condado, y que se fueron tornando cada vez más violentas según avanzaba la noche.
El «no puedo respirar» que repite Floyd en la escena de la detención se ha convertido en el grito de la protesta que vuelve a poner en evidencia la violencia policial contra los afroamericanos en Estados Unidos.
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