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COVID-19: un llamamiento para la inclusión de Taiwán en la OMS

El Ministro de Salud y Bienestar República de Taiwán, Chen Shih-chung, hizo un llamamiento a la inclusión de Taiwán en la OMS.

El Ministro de Salud y Bienestar República de Taiwán, Chen Shih-chung, hizo un llamamiento a la inclusión de Taiwán en la Organización Mundial de la Salud (OMS), en medio de la pandemia del COVID-19.

El pronunciamiento lo hizo a través de un artículo de opinión titulado ‘Seguridad sanitaria mundial: un llamamiento a la inclusión de Taiwán’ en el que menciona las acciones que ha implementado para enfrentar la crisis sanitaria, y que las enfermedades infecciosas «no conocen fronteras y que ningún país debe ser excluido».

Hoy en día, una nueva forma de neumonía que surgió por primera vez en Wuhan, China, a finales de 2019 y que desde entonces ha sido clasificada como la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19), ha causado una pandemia mundial. A 8 de abril de 2020, los datos de la Organización Mundial de la Salud muestran que hay 1,35 millones de casos confirmados de personas que padecen la enfermedad, con 79.235 muertes en 211 países, áreas o territorios. Taiwán no se ha librado de ello.

En los 17 años transcurridos desde que fue duramente golpeado por el brote de SARS, Taiwán ha estado en un estado de preparación constante ante la amenaza de enfermedades infecciosas emergentes. Como resultado, cuando el 31 de diciembre de 2019 se confirmó por primera vez la información relativa a un nuevo brote de neumonía, ese mismo día Taiwán comenzó a aplicar la cuarentena a bordo de los vuelos directos procedentes de Wuhan. El día 2 de enero de 2020, Taiwán estableció un equipo de respuesta a la enfermedad y el 20 de enero activó el Centro de Comando Central de Epidemias (CECC, siglas en inglés) como entidad gubernamental de nivel 3, elevándolo primero al nivel 2, y después al nivel 1, el 23 de enero y el 27 de febrero, respectivamente. El CECC es capaz de integrar eficazmente los recursos de varios ministerios y de dedicarse plenamente a la contención de la epidemia. A 9 de abril, Taiwán había realizado pruebas a un total de 42.315 personas que mostraban 380 casos confirmados, de los cuales 54 han sido locales, 326 importados y cinco fallecidos; 80 personas habían sido dadas de alta del hospital después de haber dado resultado negativo. A pesar de su proximidad con China, Taiwán ocupaba el 123º lugar entre 183 países en lo que respecta a los casos confirmados por millón de personas, demostrando que los agresivos esfuerzos de Taiwán por controlar la epidemia están dando resultados.

La enfermedad no conoce fronteras, en respuesta a la amenaza de la epidemia COVID-19, Taiwán ha puesto en marcha planes dinámicos relativos a medidas de cuarentena fronteriza, incluyendo la cuarentena a bordo, la toma de temperatura, declaraciones de salud y una cuarentena domiciliaria de 14 días para aquellos pasajeros procedentes de naciones que hayan sido clasificadas en el Nivel 3 de Advertencia. El historial de viaje de cada individuo se registra ahora en la tarjeta del Seguro Nacional de Salud (NHI, siglas en inglés) para alertar a los médicos de posibles casos y evitar la transmisión a la comunidad. En el caso de los que están en cuarentena o aislamiento en el hogar, el gobierno está trabajando con los operadores de telecomunicaciones para permitir el rastreo por GPS de sus ubicaciones. Los infractores de la cuarentena están sujetos a multas o a la localización obligatoria de acuerdo con las leyes y reglamentos pertinentes, a fin de evitar la transmisión.

Taiwán ha designado 50 hospitales y centros médicos regionales y 167 clínicas y hospitales públicos para crear un sistema escalonado de pruebas. Estos hospitales y clínicas están obligados a establecer salas o áreas especiales; en principio, los pacientes de COVID-19 son aislados y tratados individualmente en estas salas y áreas para prevenir las infecciones intrahospitalarias. Además, desde el 24 de enero Taiwán ha prohibido la exportación de mascarillas quirúrgicas y ha ampliado la producción nacional de mascarillas, permitiendo con ello una distribución más eficaz.

Una crisis en cualquier lugar se puede convertir fácilmente en un problema en todas partes. La seguridad de la salud mundial requiere de los esfuerzos de cada persona para garantizar una respuesta óptima a las amenazas y a los desafíos de la salud pública. Taiwán, aunque no es miembro de la OMS, no puede estar solo y debe ser incluido en la lucha contra tales amenazas y desafíos. Taiwán ha compartido los datos de la secuencia genética de la COVID-19 con la Iniciativa Global para el Intercambio de Todos los Datos sobre la Gripe (GISAID, siglas en inglés), ha colaborado con sus socios globales para responder a la amenaza de la COVID-19, a fin de asegurar que la salud mundial no se vea amenazada por la falta de comunicación y transparencia.

Si la misión de la OMS es, en efecto, garantizar el más alto nivel posible de salud para todos los seres humanos, entonces la OMS necesita de Taiwán igual que Taiwán necesita de la OMS. Esperamos que después de que esta pandemia pase, la OMS comprenda verdaderamente que las enfermedades infecciosas no conocen fronteras y que ningún país debe ser excluido, evitando así la creación de una brecha importante en la seguridad sanitaria mundial.

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