Los efectos de la pandemia de COVID-19 son cada vez más visibles en todo el mundo. Millones de personas están preocupadas por la posibilidad de perder sus trabajos, mientras que otros esperan lo peor después de que esta crisis sanitaria haya terminado.
Según Salvatore Babones, «Cuando pierdes tu trabajo en los buenos tiempos, lo importante es volver al trabajo. Cuando lo pierdes en los malos tiempos, la prioridad es la reinvención. No tiene sentido buscar un trabajo cuando nadie está contratando. En su lugar, utilice el tiempo para evaluar sus habilidades, piense en su carrera, y si alguna vez ha pensado en iniciar un negocio, utilice su tiempo de inactividad forzado para hacerlo ahora. Ninguna recomendación va a reemplazar la crucial pérdida de ingresos, pero si tiene que pasar por un momento difícil, al menos haga que valga la pena a largo plazo».
La Organización Internacional del Trabajo estimó a finales de marzo que el nuevo coronavirus podría reclamar hasta 24.7 millones de empleos. Esos daños serían mayores que los causados por la crisis financiera mundial de 2008-2009, que provocó el desempleo de 22 millones de personas.
“Lamentablemente, creo que la crisis económica mundial será sustancial, en una escala similar a la Gran Recesión causada por la crisis financiera mundial de 2008”, explicó a Metro Kenneth G.
Dau-Schmidt, profesor de derecho laboral y de empleo de la Universidad de Indiana, Estados Unidos. “Las expectativas de crecimiento han pasado de positivas a muy negativas en un período muy corto de tiempo y las solicitudes de desempleo se encuentran en niveles récord en los Estados Unidos y Europa”.
Un cambio tan radical es algo muy inusual, según el experto, ya que no surge de la falta de demanda, sino de la incapacidad de los productores para suministrar servicios y bienes. “El precedente más cercano es la interferencia en la producción causada por la pandemia de gripe española de 1918, pero ese descenso fue mitigado por la producción y la demanda en tiempos de guerra.
Aunque es grave, es de esperar que la recesión sea breve porque los recursos económicos subyacentes son sólidos”, añadió Dau-Schmidt. Algunos sectores económicos serán los más afectados por esta crisis, entre ellos “las aerolíneas, los cruceros, los hoteles, el turismo, los restaurantes”, dijo el experto.
“Cualquier cosa que implique servicios personales y en el curso de las últimas décadas Estados Unidos ha pasado de ser una economía manufacturera a una economía de servicios”.
“Incluso la fabricación que implica un contacto humano sustancial se está viendo afectada, ya que los fabricantes cierran voluntariamente o los trabajadores hacen huelga para obtener mayores medidas de seguridad y licencia por enfermedad remunerada”.
¿Pero qué se supone que debemos hacer? La clave, cree el profesor Dau-Schmidt, es no entrar en pánico. “Mantén la calma, quédate en casa, lávate las manos, juega con tus hijos, llama a tus padres y solicita una compensación por desempleo”, concluyó.