Desde septiembre del 2019, una gran oleada de incendios impactaron varias regiones del estado de Nueva Gales del Sur y otras costas de Australia. Aproximadamente se han quemado 6 300 000 hectáreas, destruyendo más de 2 500 edificios, mató a 24 personas, y se estima que 500 millones a un billón de animales se vieron afectados.
Según ONG, Australian Koala Foundation (AKF), debido al exterminio al que ha sido sometida la especie, ahora solo quedan 80 mil o menos de los 8 millones existentes en 1927, es decir, la reducción del 99℅. En consecuencia, esta especie ya no sería capaz de seguir viviendo por si sola.
Debido al impactante número de perdidas de este tipo de animal, se lo ha declarado como funcionalmente extinto. El término se refiere a una especie cuya población ha disminuido hasta el punto en que ya no puede desempeñar un papel importante en su ecosistema.
Hay que tener en cuenta que esta denominación solo aplica en territorio australiano. Lamentablemente esta cifra se agudiza a cada año, donde se reportan que al menos cuatro mil koalas aparecen muertos.
La ONG lleva haciendo seguimiento de esta problemática desde el 2010, a partir de ahí se está alertando al Gobierno de la importancia de resguardar a la especie frente al cambio climático que afrontaría el país.
Problemas a futuro
Uno de los mayores problemas es el futuro de la especie. Debido a que su territorio está completamente afectado será muy difícil alimentarse, cuidarse de depredadores y mantener su estilo de vida.
El profesor Chris Dickman, experto en biodiversidad australiana de la Universidad de Sídney sentenció que “ está especie al ser menos móvil y más pequeña dependen del propio bosque para alejarse de la línea de fuego y las que resultan directamente afectadas».
Hay cálculos de unos 8000 koalas han muerto por los incendios en Nueva Gales. Además, cerca de 30% de los hábitats de los koalas en el norte del estado han resultado afectado, según Dickman.
Sumado a este análisis, ecologistas han alertado que estos incendios intensos y sin precedentes ciertamente llevarán a varias especies a la extinción. Pero hay que recordar que todas las cifras solamente son un cálculo, ya que no se puede asegurar que todos los animales afectados estén muertos, lo lamentable es saber cuánto tiempo sobrevivirán a largo plazo, finalizó Colin Beale, ecologista de la Universidad de York.
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