Este lunes 22 de julio se registró un amotinamiento en el Centro de Rehabilitación Social Sierra Norte Cotopaxi. Según información preliminar se reportan dos privados de libertad fallecidos y un policía apuñalado. Debido a los actos violentos se cancelaron las visitas. Según los familiares de los prisioneros todo empezó por las protestas debido a la maña calidad del agua, comida y ampliar el horario de visitas.
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Según las fuentes, decenas de reos se subieron a los tejados de la cárcel, donde intentaron tomar el control del lugar, mientras la policía y militares buscaban recuperarlo.
El altercado se inició a las 8.00 en los pabellones de máxima y mediana seguridad, así como en el de mujeres, según la escasa información sobre el suceso.
El incidente se produce después de que el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, renovara el martes pasado el estado de excepción en todos los centros de privación de libertad del país a través de un decreto ejecutivo.
Ello después de una creciente inseguridad en las cárceles y prisiones del país durante los meses de mayo y junio.
En el decreto se afirma que se prolongó esta situación porque «las circunstancias que sustentaron la declaración de grave conmoción interna aún persisten y requieren de intervención».
Jorge Glas en Latacunga
La prisión en la que hoy se registraba el motín es en la que se encuentra preso el exvicepresidente Jorge Glas, sentenciado en 2017 a seis años por delitos de corrupción.
Sus seguidores han solicitado por redes sociales a las autoridades y las fuerzas de seguridad que expliquen «de inmediato» cuál es la situación que se vive en el recinto y que precautelen «la vida» del exvicepresidente.
«¡La vida de Jorge Glas está en peligro, ya ha sido amenazado anteriormente!», apuntaron en el mensaje, al tiempo que volvieron a solicitar su traslado a otro centro de rehabilitación en la capital ecuatoriana.
Entre las medidas que sobresalen de la renovación del estado de excepción penitenciario están las de dar luz verde a la movilización de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas hacia las penitenciarías para apoyar y coordinar esfuerzos con la seguridad de las cárceles si fuera necesario.
También se suspendió el derecho a la inviolabilidad de la correspondencia, así como la libertad de asociación y reunión.
A pesar de estas y otras medidas, las revueltas y situaciones de inseguridad en los centros de detención persisten en todo el país.
Con información de Metro yEFE