Hace 60 años se inició con la elección de Reina de Quito. En aquella época se dio un notable realce al evento. Pepita Sánchez fue la primera soberana 1959 – 1960. El alcalde que le colocó la banda fue el el doctor Julio Moreno.
PUBLICIDAD
El acto se llevó a cabo en el Coliseo Julio César Hidalgo. En aquel entonces participaron 40 chicas, las cuales eran propuestas por cada barrio.
El 6 de diciembre de ese mismo año, por primera vez se desarrollaba el desfile de la Confraternidad, en el que participó la Reina con la Corte de Honor.
En la página web de la Fundación reina de Quito, se encuentran declaraciones de su experiencia como la soberana de la Capital.
Ser Reina de Quito para mí significó el más grande honor, orgullo y la satisfacción de saber que iba a representar a mi linda ciudad como la primera reina. Definitivamente forma parte de mis recuerdos más apreciados, pues cada año durante la elección de la nueva reina no puedo evitar revivir esos momentos únicos en mi vida».
Trabajé con dedicación y mucho empeño para hacer obras sociales tanto por el asilo de ancianos así como por las personas encarceladas. Siento cierta frustración el no haber podido realizar una labor más abundante con el Hospital San Lázaro, pero lamentablemente no tuve mucho apoyo económico de las instituciones públicas y privadas. De cualquier modo fue arduo el esfuerzo y empeño, más aun con los pocos recursos con los que conté.
Recuerdo que fui invitada a un campeonato de fútbol en el Estadio Olímpico Atahualpa donde jugaban Boca Junior vs. Aucas y pidieron que sea la Reina la que inicie el partido dando el primer puntapié a la pelota, y ¡Oh! sorpresa se fue con todo y zapato, momentos únicos claro… Pepita ¡frente a todos aquellos futbolistas y público, totalmente sonrojada!!!
PUBLICIDAD
Toda esa variedad de actos, reuniones, agasajos, verbenas, visitas, programas municipales, invitaciones interminables, marcaron en mi vida una experiencia superlativa, y estoy segura de que así deberá ser en todas y cada una de las chicas que tienen la fortuna de vivirla! En mi caso en particular tuve muchas experiencias inolvidables, unas bellas, tiernas y otras también muy duras, cuando me vi enfrentada a crueles realidades. Este cúmulo de experiencias me hicieron madurar mucho, y me sirvieron para trabajar con más dedicación y responsabilidad, en mi vida personal y profesional.
Fue parte de los inicios de la Fundación Reina de Quito
Tuve la dicha de recibir una llamada de María Teresa Donoso, que en 1985 era Reina en funciones, y me convocaba, junto con otras exreinas de Quito para impulsar la Fundación Reina de Quito. ¡Mi ser entero no cabía de felicidad! Por fin, me decía, vamos a tener un rinconcito donde continuar nuestra labor que la queríamos extender más allá del año de reinado.
Nos volcamos a las calles otra vez para emprender en muchísimas obras sociales por los niños desamparados. Creo que esta noble institución debe seguir creciendo y recibiendo toda clase de apoyos, del Estado, del Municipio y por supuesto de todos los quiteños.