Desde mayo de 2018, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) realiza operativos a los limpiaparabrisas en Quito. En toda la ciudad se contabilizan aproximadamente 220 personas que se dedican a esta actividad informal. El año pasado se aplicaron 380 sanciones y 68 en lo que va de 2019.
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METRO ECUADOR hizo un recorrido por varias avenidas de la ciudad. En el trayecto, de norte a sur, se observaron al menos cuatro puntos donde están los limpiaparabrisas: Redondel de El Condado, avenida Diego de Vázquez y Bellavista, y la Amazonas y República.
Ganan hasta 30 dólares
Durante la caminata se observó en un semáforo del norte de Quito a José (nombre protegido) de 40 años. Él es extranjero y llegó a la Capital hace seis meses. Desde diciembre se gana el pan limpiando vidrios de los autos.
En conversación con este diario, José dijo que un sábado -que no rige la restricción Pico y Placa- los limpiaparabrisas pueden ganar hasta 30 dólares. Él alcanza ese monto trabajando desde las 06:00 hasta las 13:00 y de 15:00 a 21:00. Sin embargo, de lunes a viernes la ganancia es menor. Por limpiar vidrios todo el día obtienen de 10 a 12 dólares.
José señaló que la inversión oscila entre los 7 y 8 dólares. «El champú, jabón líquido o limpia vidrios vale 7 dólares y dura 15 días. Pero los que cuestan 25 centavos solo alcanzan para un día», señaló.
«Toca dividirse la propina»
En un semáforo, por ejemplo, pueden haber más de cuatro limpiaparabrisas. Eso reduce las posibilidades de obtener la cantidad mencionada. «Limpiamos los vidrios de un auto entre dos personas. Eso agiliza el trabajo, pero lo malo es dividirse la propina: La mitad para cada uno».
También se turnan la actividad; dependerá de cuántos limpiaparabrisas hayan en un mismo punto. «Hay conductores que nos dan 25 centavos, o un dólar. Al final lo dividimos. Todo depende si la persona quiera ayudar».
El dinero que gana José a diario está destinado para llevar comida a la mesa de su casa y enviar cinco dólares a su familia en Venezuela.«Espero reunir dinero para traerme a mis padres», aportó.
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De periodista a limpiaparabrisas
Ser limpiaparabrisas, para José, ha sido un cambio drástico. En su país era periodista deportivo; incluso uno de sus compañeros que limpia vidrios era fiscal en Caracas. «Tuve que hacer algo diferente en Ecuador porque en Venezuela no hay calidad de vida», agregó.
«Limpiar vidrios es una actividad fuerte sobre todo por el sol. Y ni hablar de lidiar con conductores que te tratan mal; hay xenofobia y quienes se niegan a que les limpies el vidrio del auto (…) Toca aguantar porque tengo necesidades», aportó José.
El trayecto de José no ha sido fácil. Anteriormente vendía golosinas en los buses, y hasta trabajó en una herrería.«Ahora lo difícil es ganarse el dinero limpiando vidrios. No obligamos a los conductores pero sí tenemos que tratar de persuadirlos».
José agregó que los limpiaparabrisas no son solo venezolanos, también hay ecuatorianos de San Lorenzo y Esmeraldas. Incluso hay colombianos y hasta mujeres.
«Hemos recibido insultos de conductores y dicen que venimos a Ecuador a invadir o quitarles el trabajo. Muchos estamos sin documentos. Lo peor es que hay empleos en los que hemos sido humillados», cerró.
Conductores tienen miedo
La otra cara de la moneda son los conductores de la ciudad. En su mayoría han manifestado su desagrado por los limpiaparabrisas y que «en cada semáforo hay un grupito».
Un conductor que decidió proteger su nombre señaló que al momento de pasar por la avenida Roldós, al ingreso de la Occidental, se aterra. «Cuando voy con mis hijos tengo miedo porque si no dejas que limpien el vidrio se molestan. Y hasta sacan la pluma del auto o te rayan».
Incluso, otros ciudadanos han denunciado agresiones en sus vehículos por negarse a «colaborar» con los limpia vidrios.
No solo es miedo o malos tratos. Otro conductor aseguró que él no «aporta» nada a los limpiaparabrisas porque representa un gasto tener que dar «un dolarito» en cada semáforo.
En el caso de Carolina se trata de miedo a que le roben el celular. La chica mencionó que cuando se transporta sola en su vehículo esconde su dispositivo por temor o que le rompan el vidrio. «Hay limpiaparabrisas que te obligan a acceder a su servicio y se molestan. Luego toman represalias», dijo.
La joven de 25 años también rescató a los limpiaparabrisas que solo se dedican a trabajar y quedan «tranquilos» al decirles que no desea que limpien el vidrio de su auto.
¿Cómo denunciar?
De acuerdo con la AMC , los ciudadanos pueden denunciar y reportar a las autoridades sobre los limpiaparabrisas. «Si quienes se dedican a esta actividad informal agreden a los conductores se convierte en una contravención y puede llegar a ser un delito judicial».
La denuncia se introduce por una actividad económica irregular en la AMC o en una administración zonal desde donde remiten el caso. Si implica una agresión física, los ciudadanos deben acudir a la UPC más cercana.
«Hemos recibido quejas de los conductores que algunos limpiaparabrisas son agresivos, les rayan los vehículos, les quitan las plumas y les limpian el vidrio quieran o no», detalló Alejandra Molina directora Metropolitana de Inspección de la AMC.
La funcionaria aseguró que las denuncias ciudadanas representan un aporte importante para identificar a los infractores, y también para llevar a cabo los operativos de control.
«En 2018 se realizaron 2279 operativos de control y en 2019 628», aportó. La AMC recordó que limpiar parabrisas es una actividad económica irregular y por ello quienes la desarrollan deben conocer las normativas y regularse como comerciantes autónomo formal en el espacio público.
Sanciones
La directora Metropolitana de Inspección de la AMC aseveró que las sanciones son multas o trabajo comunitario. El incumplimiento de la ordenanza metropolitana 332 sanciona la actividad comercial sin autorización en espacio público. La multa es de el 50% un salario básico unificado.
Mientras que la ordenanza metropolitana 201 establece una sanción del espacio público en general y control a comerciantes informales que hagan uso indebido del mismo con una multa de 100 dólares y si existe reincidencia 200 dólares.
Además, Molina dijo que quienes no pueden cancelar las multas cumplen horas de trabajo comunitario. «Las horas son determinadas dependiendo a la gravedad de infracción», dijo.
Al finalizar, Molina aseguró que el control del espacio público va de la mano con la ciudadanía.»Tienen que denunciar y respaldar a la AMC para contribuir con nuestro accionar».
Si quieres denunciar o contar tu historia puedes enviarnos la información a través de un mensaje en Facebook: Metro Ecuador o directamente con la AMC.
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