Un testigo de cargo en el juicio que comenzó este lunes en Quito por el secuestro del opositor Fernando Balda en agosto de 2012 en Colombia, afirmó que el expresidente de Ecuador Rafael Correa ordenó «traer como sea a Ecuador» al activista.
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En un audio difundido hoy en una sala de la Corte Nacional de Justicia del testimonio anticipado del agente de la inteligencia ecuatoriana Raúl Chicaiza, este aseguró que el entonces jefe de la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain), Pablo Romero, también imputado en el juicio, le trasladó esa orden.
«‘Ratón‘ (apodo de Chicaiza) me dijo, el presidente quiere que le traigan como sea a Fernando Balda desde Colombia a Ecuador«, declaró el exagente en su confesión anticipada en el marco de acuerdo de cooperación eficaz con la justicia, que no obstante, desestimó hoy el procedimiento abreviado.
Chicaiza relató en ese informe pericial al que adjuntó numerosa documentación bajo cadena de custodia, que conoció a Balda en mayo de 2012, tres meses antes de que fuera capturado en Bogotá durante 40 minutos por cinco personas de nacionalidad colombiana antes de que la Policía de ese país liberase al político opositor.
El exagente aseguró que pagó a los ejecutores 28.000 dólares en efectivo de la Senain, y al menos dos de ellos eran militares, que le garantizaron que le «harían una vueltita» a Balda y lo trasladarían a Ipiales, localidad fronteriza con Ecuador.
En su relato de los hechos, el testigo defendió que «si no obedecíamos teníamos un problema seguro» y pidió perdón al «pueblo ecuatoriano y al activista» antes de asegurar que, como agente de la seguridad, tuvo que cumplir órdenes de mando.
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La tarea que realizaba en la Dirección y Secretaría de Inteligencia ecuatoriana era principalmente de barridos electrónicos y contramedidas electrónicas, labor gracias a la cual se hizo pasar por un empresario especializado en seguridad electrónica C4.
Misiones
Su primera misión en suelo colombiano fue en mayo de 2012 en Medellín, donde conoció a Balda en un encuentro de activistas ecuatorianos con el expresidente de ese país Álvaro Uribe, contexto en el que entabló una relación aparentemente de interés comercial.
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También medió entre Chicaiza y Balda camaradería y el pago por parte del agente -con fondos líquidos de la Senain- de invitaciones particulares a cenas y almuerzos, de estadías en un hotel y giros supuestamente anticipados de dinero desde Colombia de 2.000 dólares en varias ocasiones, y Ecuador de hasta 5.000 dólares.
El interés comercial giró en torno a un sistema de piratería informático que Balda ofertó al agente que creía empresario y que fue probado en Ecuador por expertos en inteligencia.
En paralelo, el procesado aseguró en el audio que no era ajeno al hecho de que los activistas en aquella reunión plantearon «desestabilizar el país mediante manifestaciones y piratería informática».
«Balda tenía una boleta de detención. Yo sabía que estaba contra la seguridad del país», aseguró Chicaiza.
Hubo otro intento se secuestro fallido
También indicó tener conocimiento de que los servicios secretos ecuatorianos seguían a Balda en Colombia y que hubo otro intento fallido precedente en junio de 2012 que contó con la colaboración de fuerzas colombianas y que fracasó «porque Balda había realizado una llamada de alto nivel».
Sobre la implicación de la exagente Diana Falcón, que trabajaba con él y también está imputada, aseguró que hasta último momento no tuvo noción de la misión que les habían encomendado por necesidad de que hubiera «compartimentos estanco» en el servicio de espionaje.
Y que fue el propio Romero quien recomendó la participación de una mujer para no levantar sospechas ni disputas y le llegó a preguntar: «¿Pero es confiable, es la flaquita?».
Aseguró que fue Romero, fugado a España y que por tanto no está siendo enjuiciado, quien le aseguró que Correa se encontraba «muy molesto» porque Balda seguía enviando mensajes sobre el caso ‘Mameluco’, por el que un ciudadano afirmó ser objeto de acoso sexual por parte del expresidente.
El hecho de que, según indicó, Correa conociera los «logros» en materia de inteligencia obtenidos en Colombia, le hizo ser elegido para la misión que tenía por objeto «traerlo» a territorio ecuatoriano.
«Tienes que hacerlo lo más profesional y más rápido», asegura que le comentó Romero y ante su desconfianza -abundó- llamó al presidente, al que reconoció la voz por los mensajes de «cadena nacional».
«Lo puso en altavoz y me dijo: ‘Compañero, cómo vamos. El flaco dio las órdenes y tú tienes el apoyo político y profesional. Compañero, vamos a la obra».
Con información de EFE
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