Ekaterina Tirskaya es una joven fanática de la serie estadounidense «The Vampire Diaries». Tanto fue su fanatismo que, ella decía que era un vampiro y por tal motivo, apuñaló a su novio por pensar que era «hombre lobo».
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Su nombre comenzaba con la letra E, tal como la protagonista Elena Gilbert. El problema es que la joven rusa de 22 años no solamente era una fanática, sino que también creía que ella era una vampiresa, llegando a extremos inimaginables.
Según informa el Daily Mail, Ekaterina se contactó con un joven al que conoció a través de internet. Tras intercambiar mensajes y luego de conocerse en persona, iniciaron una relación en la ciudad de Novosibirsk.
Y pese a que lo extraña que podía ser en momentos la mujer, el hombre no dudaba de ella y estaba feliz manteniendo su romance. Incluso, pasaron días y noches juntos y nunca pasó nada que lo hiciera temer que algo le podía ocurrir.
Pero todo cambió durante una noche. Ella le pidió juntarse y cuando se vieron en el hogar de él, le contó a su novio que ella ya no era Ekaterina, sino que en realidad era Elena Gilbert de «The Vampire Diaries».
El hombre quedó desconcertado y le dijo que mejor se fuera a su casa. Pero ella insistió y no solamente le dijo que era el personaje encarnado por la actriz Nina Dobrev, sino que también tenía una misión en la vida: matar hombres lobos.
Allí la cara del joven pasó de la confusión al miedo, y le volvió a reiterar que mejor volviera a su hogar y en otro momento se juntaran nuevamente.
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Sin embargo, nada de esto pasó. Ella agarró un cuchillo en la cocina y lo atacó en momentos que él salía del baño. El hombre a duras penas logró quitarle el arma blanca, pero ella volvió a tomar otro y lo apuñaló nuevamente.
Pese a lo salvaje del hecho, el joven pudo salir del departamento donde vivía y pidió auxilio a los vecinos, quienes llamaron a la policía y a un hospital, llegando una ambulancia a llevarlo de urgencia a un recinto asistencial, en donde logró sobrevivir.
En tanto, la mujer fue detenida y ahora finalizó su juicio, en donde fue sentenciada a dos años de cárcel. Y pese a los reiterados intentos de los defensores de lograr que la declararan con problemas sicológicos, el juez desestimó todo y la nombró «médicamente sana», por lo que cumplirá su castigo en prisión.
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