Durante la tarde de este 5 de septiembre, un juez dictó la prisión preventiva en contra de Jonathan C, pastor evangélico señalado por la desaparición de Juliana Campoverde, quien desapareció desde el 2012.
- El Código Penal (art. 162) dice: Si el secuestro tiene como propósito cometer otra infracción u obtener de las víctimas o de terceras personas dinero, bienes, títulos, documentos o beneficios a cambio de su libertad, será sancionada con pena privativa de libertad de 10 a 13 años.
Estas son las pruebas que mostró la Fiscalía para vincular al pastor evangélico
Varios indicios llevaron a los agentes a allanar un inmueble donde se encontraba el pastor. Entre estos constan mensajes que supuestamente envió la joven a su familia desde su cuenta de Facebook. Tras las respectivas indagaciones se detectó que el código desde donde se enviaron los mensajes corresponderían a la computadora del pastor.
Según la fiscal Mayra Soria, “existen graves presunciones de un delito de acción pública y al existir peligro de fuga, se le dictó prisión preventiva”. La fiscal Mayra Soriamanifestó las siguientes pruebas:
Además la Fiscal recalcó: «Se han realizado aproximadamente 150 versiones, peritajes, reconstrucción de los hechos y otras diligencias que lograron determinar que Jonathan C. fue la última persona en tener contacto con Juliana Campoverde».
El pasado 7 de julio, la Fiscalía recorrió la ruta que habría realizado Juliana Campoverde. A las 07:10, la fiscal del caso junto a agentes investigadores, personal de los Ministerios de Justicia e Interior, Defensoría del Pueblo, así como los familiares de Juliana y del presunto sospechoso, junto a sus abogados, iniciaron la diligencia en una gasolinera de la Biloxi, en el sur de Quito.
El primer punto de verificación fue la iglesia evangélica a la cual asistía Juliana Campoverde y su familia. En ese lugar se verificó su existencia y se avanzó unos metros hasta llegar a la vereda del frente del Colegio Técnico Particular Eugenio Espejo, lugar donde aquel sábado 7 de julio de 2012, Juliana y su madre Elizabeth Rodríguez saludaron a unos de los pastores de su iglesia y continuaron su ruta.
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