Andrew Walsh esta sufriendo serios problemas derivados de la diabetes y por ello en agosto del año pasado tuvieron que amputarle ambas piernas.
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Además, tres veces a la semana debe dializarse, por lo que necesita un trasplante combinado de riñón y páncreas, indica Mirror.
Tras recuperarse de las amputaciones, el hombre de 51 años solicitó en el centro de rehabilitación WestMARC, en el Hospital Universitario Queen Elizabeth de Glasgow, una silla de ruedas eléctrica para poder desplazarse por su casa, sin embargo la respuesta que recibió lo dejó helado.
Andrew reconoció que estaba devastado luego de que le dijeran que “no estaba lo suficientemente discapacitado” para que se le entregara la silla.
“¿Qué tan discapacitado necesito estar?”, se preguntaba y asegura que ya “perdió la esperanza” de obtener una, pero señala que contó su historia “para mostrar cómo están tratando a los pacientes”.
El hombre contó que en una primera reunión apenas estuvieron 5 minutos cuando le dijeron que no cumplía con las condiciones y que en otra le señalaron que si podría, pero luego sólo le respondieron con evasivas.
Andrew también se siente decepcionado porque “aumentaron mis esperanzas y luego me dicen que no la conseguiré” y porque la silla haría su vida “mucho más fácil”.
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De hecho, es su hermana la que lo lleva tres días a la semana al hospital a diálisis por lo que depende de ella para salir de casa y ha pasado meses en los que sólo deja la vivienda para ir al hospital.
«No puede ir a ninguna parte por su cuenta, pero no están interesados en ayudarlo”, dijo desconsolada la hermana de Andrew.
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