La Procuraduría de Colombia entregará a la Fiscalía testimonios de lo que se vive en la zona de Tumaco. El texto argumenta que existen siete casas de tortura y asesinato de ‘Guacho’ a quienes filtren información de lo que pasa en Nariño.
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Estos son los testimonios recogidos por la Procuraduría gracias a un investigador que habló con diario El Tiempo.
“Si su muerto no está en Medicina Legal, hay que irlo a buscar a El Tigre. Allá, en la vía Tumaco-Pasto, cerca de unos manglares, tiran los pedazos. Las mamás de los muchachos hacen los levantamientos porque en algunos barrios no pueden entrar ni el CTI ni la Policía”
“En las casas pican los cuerpos y los tiran al agua. Los niños sacan de los esteros los pedazos pequeños. Y las bolsas grandes las sacan jóvenes de 12 o 15 años a quienes también les pagan para que les avisen si vienen autoridades y cuenten qué se habla en las comunas”.
Se utilizan niños para sacar los restos humanos
Estas siete casas están ligadas a las 12 estructuras que se disputan las narcorrutas. También existen 1.200 válvulas ilegales que succionan gasolina del Oleoducto Transandino. Esto lo hacen para poder usar en la producción de la droga y también para sus lanchas rápidas.
Estas siete casas están bajo el dominio de alias ‘Guacho’ y de Guerrillas Unidas del Pacífico. Así lo han dicho los pobladores que han entregado las ubicaciones exactas de estos domicilios. Los mismos dan cuentas de como niños de 6 a 10 años sacan los restos humanos en fundas para lanzarlas al río.
Sobre el video de ‘Guacho’
Hay un video que circula por las redes sociales donde, hombres de la organización de ‘Guacho’, desmiembran a un joven a quien acusaron de filtrar información. Estas víctimas son integrantes de bandas rivales y hasta ciudadanos venezolanos que llegaron a la zona por las 25.000 hectáreas de coca.
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La Fundación Ideas para la Paz ya había hablado sobre dos casas de tortura. Sin embargo, el Ministerio Público de Colombia identificó cinco más y hasta tiene las coordenadas exactas y nombres de las víctimas.
“La presencia de esos grupos ilegales y su control territorial reconfiguraron barrios. La vinculación de niños como campaneros y de jóvenes como parte de las bandas rompió la tradición de confianza entre familias”, explicó la Procuraduría.
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