Cuando Valentino Gutierrez se subió a un tren en Pasadena, nadie le prestó mayor atención. Tampoco era llamativo su pesado equipaje y no levantó sospechas entre los agentes de seguridad de Los Angeles cuando llegó a su destino. En su maleta llevaba un macabro contenido: los restos de su esposa.
Los investigadores californianos hallaron el cadáver desmembrado cuando estaba siendo incendiado en el estacionamiento de una tienda. Según apuntó la policía, el asesinato ocurrió el 31 de enero en un restaurante cerrado, y dieron con el acusado tras revisar las cámaras de seguridad de la zona.
Aunque todavía se desconoce el motivo del crimen, Gutierrez quedó acusado de homicidio e incendio intencionado, según Infobae.
El homicidio fue «particularmente perturbador por su absoluta brutalidad», consideró el subjefe policial Justin Eisenberg, en conferencia de prensa.
Los investigadores siguieron el rastro de Gutierrez hasta Pasadena y allí entrevistaron a otros indigentes, mostrándoles las imágenes de las cámaras de vigilancia. Los testigos identificaron rápidamente al sospechoso, quien quedó detenido con una fianza cifrada por medios locales en USD 2 millones.
«Descuartizar así a una persona es muy grotesco. Se requiere mucho esfuerzo y determinación», detalló el capitán William Hays.
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