La mañana de este viernes, un grupo de militantes de Alianza PAIS (AP) realizó una limpieza en la sede histórica del movimiento, ubicada en la avenida de los Shyris, al norte de Quito, que fue vandalizada tras la decisión del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), que desconoció a la directiva comandada por Gabriela Rivadeneira.
Los simpatizantes acudieron voluntariamente a la minga. En paredes, gradas e incluso pantallas de televisores se pintaron grafitis con consignas como «NO 7», «usurpadores», entre otras frases.
La minga estuvo acompañada de una limpia, a cargo de los integrantes de la Coordinadora de Movimientos Sociales por la Democracia y el Socialismo, así como la Confederación Nacional del Seguro Campesino.
También acudieron varias dignidades del movimiento, entre ellos María Fernanda Espinosa, ministra de Relaciones Exteriores, el prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja y asambleístas del bloque PAIS.
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La legisladora, Jimena Peña, jefa de bloque de AP, señaló que el acto fue una limpieza simbólica de todos los hechos que en esta última década distanciaron a los militantes.
Los voluntarios, además de llevar banderas y afiches para promover el Sí en la consulta popular del 4 de febrero, llegaron con plantas para cumplir con un ritual de limpieza en la sede política.
Espinosa, de su lado, reiteró que se ha ejecutado el dictamen del TCE, que ratificó que el presidente del movimiento es Lenín Moreno y el secretario general es Ricardo Zambrano.
«Estamos recuperando la casa y los fundamentos que originaron a PAIS», expresó ante los simpatizantes. Baroja, quien es director de AP en Pichincha, dijo que retomarán la sede y lamentó las condiciones en la que quedaron las instalaciones.
Sin embargo, reiteró que las puertas están abiertas a las personas que se quieran sumar al movimiento. Añadió que las personas que traicionaron a la tienda política «son los corruptos y los corruptores».
Esta madrugada, agentes de la Fiscalía, de la Policía y peritos de Criminalística cumplieron una diligencia para levantar evidencias para la investigación.
Fuente: El Telégrafo
