Han sido lanzados por encima de bardas, atados a portones o incluso abandonados con un billete de 20 dólares bajo su collar. Los animales abandonados están hacinando los refugios de Puerto Rico, que ya tenían que lidiar con cientos de miles de animales callejeros incluso antes de la llegada del huracán María.
Cientos de perros, gatos e incluso alguno que otro cerdo o gallo de pelea han sido dejados en los albergues a medida que las personas huyen de las penurias en el territorio estadounidense, o se dan cuenta que ya no pueden cuidar a los animales mientras intentan reorganizar sus vidas tras el paso de la tormenta de categoría 4 que azotó la isla hace tres meses. Muchos animales son abandonados a su suerte en las calles.
“La cosa está horrible”, dijo Claribel Pizarro, asistente ejecutiva de la Sociedad Protectora de Animales de Puerto Rico. “Es todos los días que quieren entregar mascotas… Hemos tenido mucho abandonado al decir que estamos llenos y que hay una lista”.
Al menos 250 personas han colocado a sus mascotas en la lista de espera del refugio del organismo, en el cual los animales no son sacrificados. Cuenta con capacidad para albergar a 80 animales pero actualmente tiene a 120. Algunos viven en jaulas instaladas en el techo debido a que ya no hay espacio en el interior, dijo Pizarro.
Inmediatamente después del paso del huracán, distintos grupos se llevaron a más de 1.000 animales a refugios en Estados Unidos donde no son sacrificados, pero la activista por los derechos de los animales Sylvia Bedrosian dijo que los hacinados refugios nuevamente se están quedando sin espacio ni recursos, por lo que reportan un descenso en el número de adopciones.
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“Siempre lo han hecho, pero no con la magnitud que se está viendo ahora”, dijo Bedrosian sobre el abandono de animales.
La mayoría de los refugios para animales de Puerto Rico resultaron gravemente dañados por el huracán. En ocasiones, los voluntarios tenían que llevar en brazos a los perros mientras cruzaban inundaciones a la altura de la cintura para ponerlos a salvo, mientras que otros refugios perdieron sus techos, alimento y jaulas.
Aunque no existen cifras oficiales, y los cálculos varían de manera considerable, los activistas afirman que la cifra de animales abandonados aumentó tras la tormenta debido a que muchos refugios estaban cerrados. Y dado que varias clínicas veterinarias tampoco estaban en operaciones, los defensores de los animales señalan que se ve un aumentó súbito en el número de cachorros debido a la suspensión en las operaciones de castración y esterilización en los días posteriores a la llegada de María.
Funcionarios y voluntarios de los refugios esperan recaudar ahora al menos 200.000 dólares, en parte a través de donaciones privadas, para ayudar a la reconstrucción de cinco refugios.
En el de mayor tamaño, localizado en la costa sur, la directora Maribel Ortiz dijo que cuida de más de 750 mascotas en su Santuario Canino de la Divina Misericordia, incluidos 100 que fueron abandonados después del paso del huracán.
“Es demasiado, ¿verdad?”, declaró. “Somos muchos, y nos critican, pero si están ahí, no los dejamos”.
El techo del refugio está por venirse abajo, y el supermercado que solía donar la comida sobrante para ayudar a alimentar a los perros cerró permanentemente debido a los daños graves que sufrió, lo que dejó a Ortiz con menos recursos ante la creciente demanda.
El sufrimiento de las mascotas es un efecto secundario de la devastación generalizada en la isla.
Más de 30.000 personas han perdido sus empleos en Puerto Rico, más de 200.000 viviendas resultaron dañadas, y más de 200.000 puertorriqueños han huido hacia Estados Unidos. De éstos, algunos han dejado a sus mascotas atadas a sus casas vacías y con un costal de alimento. Aquellos que permanecieron en la isla a veces se dan cuenta de que ya no pueden cuidar a una mascota, o no tienen lugar para los animales debido a que se están quedando a vivir con amigos o vecinos en lo que esperan a que se restaure el servicio eléctrico.
Algunos animales simplemente son abandonados a un costado del camino o en casas vacías, y a la larga son encontrados por las cuadrillas de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.
Los activistas de Puerto Rico reclutaron la ayuda de César Millán, un entrenador canino que saltó a la fama por su programa de televisión “El Encantador de Perros”, para que visite la isla pronto y cree conciencia sobre la situación.
Los rescatistas de animales “necesitan más ayuda a medida que pasa el tiempo, porque a todo el mundo se le olvida”, dijo Millán a The Associated Press, al destacar que los animales no son la prioridad del gobierno. “Debemos mantenerlos en la mente y en el corazón de las personas. Es un largo camino”.
Un refugio en la localidad de Cabo Rojo, en la costa suroccidental, indicó que tan solo en el Día de Acción de Gracias recibió 13 gatos, además de otros 46 animales en las últimas semanas, mientras batalla por mantenerse en operación únicamente en su segundo piso, ya que el primero aún permanece dañado.
El Santuario de Animales San Francisco de Asís dijo que en total atiende a 150 perros y gatos, y ha colocado a otros 12 animales en hogares temporales. Pero en ocasiones ni siquiera las adopciones funcionan debido a que las personas devuelven a las mascotas o deciden unirse al éxodo de desplazados.
“Se nos ha agudizado la situación, ya que en las últimas semanas los casos de abandono se han triplicado”, dijo Dellymar Bernal, presidente del consejo directivo del santuario. “Sabemos que los abandonos van a continuar o a empeorar… Lamentablemente los animalitos siguen siendo las víctimas de María.”
Fuente: AP
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