Este 6 de diciembre en Rostov del Don, la ciudad más importante en el sur de Rusia, un tribunal condenó a la ‘banda de las amazonas’.
De acuerdo con RT, se trataba de una cruel pandilla liderada por mujeres. Los miembros de la pandilla al menos cometieron 30 asesinatos.
Entre sus víctimas se encontraban agentes del orden público y miembros de sus familias. La líder de la pandilla, Inessa Tarverdíyeva, fue condenada a 21 años, y sus cómplices recibieron de 16 a 20 años de prisión. La ley rusa prohíbe condenar a cadena perpetua a mujeres.
La historia
A finales de la década del 2000, la región de Rostov vivió una oleada de crueles crímenes: asesinatos de niños, atracos y audaces ataques contra policías. Los criminales no dejaron prácticamente testigos vivos, acuchillando a sangre fría incluso a niños. En ese momento, los detectives que les seguían la pista ni siquiera sospechaban que la espina dorsal del grupo estaba compuesta por mujeres.
Esta es la historia de cómo operó y fue desarticulada la denominada ‘banda de las amazonas’, preparada con base en materiales de RIA Novosti.
Asesinatos en la carretera
En el verano del 2009, el teniente coronel Dmitri Chudakov, jefe del comando especial policial SOBR de Nizhni Nóvgorod, regresaba de vacaciones junto con su familia. La noche del 8 de julio, su automóvil pasó por la estación de policía de tráfico cerca de la ciudad de Aksai, en el Cáucaso Norte, y unos pocos kilómetros más tarde se detuvo. Por la mañana, los conductores que pasaban por aquella autovía notaron un coche Lada negro estacionado al borde de la carretera.
El vehículo estaba completamente acribillado a tiros, y en su interior se encontraban cuatro cadáveres: un hombre, una mujer y dos niños pequeños. Descubrir a los autores se convirtió en una cuestión de honor para los colegas del oficial Chudakov. Se consideraron varios móviles del crimen, incluida la ‘conexión chechena’, ya que el oficial estuvo cumpliendo misiones en el Cáucaso Norte muchas veces. 37 heridas de arma blanca fueran halladas por expertos forenses en el cuerpo de su hija Vika, de 10 años.
Y esto fue un solo uno de los episodios de una serie de ataques y asesinatos que duraron 5 años, entre el 2007 y el 2013, cuando el grupo fue detenido.
‘Oficio familiar’
La serie de brutales asesinatos comenzó en la región sureña rusa de Rostov del Don en el 2007. Y aunque la extrema violencia era su firma, los detectives no relacionaron sus casos al principio. La razón de esto fue la extensa geografía de los crímenes.
En el verano del 2008, criminales dispararon a un automóvil de una joven pareja de Rostov del Don en plena carretera. El hombre fue asesinado, y su joven esposa sobrevivió milagrosamente, pero quedando con discapacidad permanente.
La víctima dijo a los policías que no había visto a los atacantes, quienes tampoco la vieron, pero escuchó claramente un imperativo grito de una mujer: «¡Remátalo!». Se trataba de primera huella ‘femenina’ detrás de las atrocidades.
Más tarde, la investigación descubrió que la jefa de la pandilla era Inessa Tarverdieva, una residente de la aldea de Dívnoye, de la región de Stávropol. Su primer marido fue asesinado en 1998 por el amante de la mujer, 10 años más joven que ella.
No conté a cuántos maté personalmente desde 1998
El grupo también contaba con más mujeres: la hija mayor de la jefa, Viktoria Tarverdieva; el amante de Inessa, Román Podkopáyev; su hermana Anastasia y su marido, Serguéi Sinélnik. Este último sujeto resultó ser un agente policía, y gracias a él los criminales lograron burlar la investigación durante tanto tiempo: el uniformado era perfectamente consciente de las actividades de búsqueda operativa de ‘las amazonas’.
La pandilla recibió su nombre debido al hecho de que se encontró un cuchillo con la inscripción «A mi querida amazona» en el lugar de la matanza de la familia del jefe del SOBR.
«Cuántos maté personalmente desde 1998, no los conté, pero participé y disparé en todos los ataques. Era un medio de ganar dinero y expresar mi odio a la Policía «, dijo Inessa Tarverdieva a los investigadores después de su detención en el 2013. Y expresó su arrepentimiento por haber «matado a muy pocos» policías.
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