Alrededor de 10.000 arroceros de Guayas, Los Ríos, Manabí y El Oro se beneficiarán del Centro de Investigación de Arroz y Transferencia de Tecnología (Cinar) , el cual se construye en Samborondón por iniciativa del Municipio del cantón y la Corporación Nacional de Productores Arroceros.
El objetivo es incrementar la producción del sector y pasar de 4,8 toneladas por hectárea a 7. Asimismo disminuir los costos de producción y ser más competitivos en el mercado local y exportar la gramínea.
Según la Corporación, Ecuador es el país que tiene el segundo precio más alto del arroz en el mundo.
El Municipio de Samborondón donó el terreno y está encargado de la construcción del Centro que tiene como base 10 contenedores. La inversión en el Centro de Investigación de Arroz es de $ 280.000, el 80% lo financia el Cabildo y el 20% la Corporación. El terreno donde se construye el centro está ubicado junto a la plaza de toros y es de 5.000 metros cuadrados. Las autoridades del Ministerio de Agricultura, el Municipio y los arroceros realizaron el miércoles un recorrido por el sitio donde se construye la obra. «Esta es una obra fantástica que va a marcar un antes y un después de lo que significa el desarrollo de la agricultura. Estamos buscando en que parte podemos hacer la vinculación directa a través de la parte investigativa, presupuestaria, pero lo importante es que tenemos la firme decisión de poder respaldar esta iniciativa del Centro de Investigación de Arroz», señaló Héctor Hurtado, viceministro de Agricultura. El funcionario acotó que en el proyecto todo está vinculado, «no simplemente es una obra de infraestructura que no tiene ningún fin u objetivo, más bien es todo lo contrario, ya se está trabajando en la parte de investigación, se tiene 2 años de trabajo». Recalcó que junto con el Iniap (Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias) se conseguirá alternativas -sobre todo en la parte genética- en beneficio de los agricultores. «La investigación en Ecuador está muy retrasada en comparación con los países de la región y estos aportes van a poder permitir soñar también en superar a ellos, que terminan siendo nuestros competidores en los mercados internacionales y hacia allá tenemos que apuntar».
Convenios con universidades
El aporte de la academia será fundamental. Ya se tiene un convenio con la Universidad Técnica de Babahoyo y con la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol). Asimismo se tendrán convenios con las universidades de Manabí y El Oro. Hurtado mencionó que el próximo lunes se reunirán en el Ministerio de Agricultura donde van a discutir los alcances que tendrá esta cartera de Estado tanto en la parte técnica como en la económica. Por su parte, Heitel Lozano, presidente de la Corporación Nacional de Productores Arroceros,manifestó que a la par de este proyecto están trabajando en el desarrollo de nuevas variedades en la Universidad Técnica de Babahoyo. El Cinar tiene 4 aristas: producir más variedades de alto rendimiento, dotar de análisis de suelo a la mayoría de arroceros, estaciones meteorológicas y biotecnología. Lozano afirmó que se hizo un estudio el cual determinó que el 90% de los productores arroceros no hacen un análisis de suelo. «Esto significa que se está fertilizando de manera tradicional y no técnicamente. Este Centro de Investigación trabajará en zonificar los suelos, elaborar mapeos y luego generar una recomendación para cada suelo». Acotó que mediante cruzamiento genético se va a acelerar la obtención de nuevas variedades de arroz. Normalmente una variedad se obtiene entre 6 y 8 años, con la biotecnología pueden bajar a 3 años. El promedio nacional de producción de arroz es de 4,8 toneladas por hectárea, a través de los estudios que se harán en el Centro de Investigación se aspira llegar a 7 toneladas. «Buscamos incrementar la productividad para ser competitivos en el mercado local e internacional. Nosotros tenemos el segundo precio más alto del mundo en arroz, primero está Colombia. Con los precios que tenemos a nivel local no podemos exportar a ningún país, necesitamos ser más productivos para bajar los costos»,subrayó Heitel Lozano. La investigación genética es a mediano y largo plazo. La Corporación Nacional de Arroceros aspira a que en 3 años el país tenga nuevas variedades de la gramínea. La primera etapa, que comprende 2 laboratorios (uno de biotecnología y otro de análisis de suelo) y áreas administrativas, estaría listo a mediados de noviembre de este año. Mientras que la segunda fase (departamento de meteorología y área para capacitaciones) se entregaría el próximo año. Heitel Lozano aseguró que, como un aporte al Centro de Investigación, los industriales arroceros se comprometieron a realizar una retención de 5 centavos de dólar por cada quintal de arroz facturado. «En el país se cosecha alrededor de un millón y medio de toneladas al año, no todo se factura, pero si al menos el 60%. Todo esto será destinado para el Centro de Investigación y retribuirlo en investigación».