Japón es una de las naciones que tiene un problema de contracción demográfica. El número de bebés nacidos en Japón en el 2016 fue de menos de un millón, al tiempo que la población del país disminuyó en 300.000 habitantes, según explicó Alana Semuels, en un artículo publicado en la revista ‘The Atlantic’.
Ante esta situación, la autora explica que «la juventud japonesa está siendo víctima de fuertes presiones por parte de la sociedad, que muchas veces la acusa de no tener suficiente sexo o de poner su carrera por delante del matrimonio y la familia», según RT en Español.
Asimismo, la situación en torno a la disminución de la tasa de natalidad de Japón es un poco más compleja de lo que parece. Esto es debido a que la sociedad japonesa «brinda cada vez menos oportunidades a los hombres nipones» y «mantiene una alta expectativa de que estos sean el sostén y la columna de apoyo de la familia».
Naciones como Japón, que poseen una tasa de desempleo que este año alcanzó la cifra récord del 2,8%, no escapan de la disminución del sector que los expertos en la materia conocen como ‘empleo fijo’.
La autora destaca que «desde los años de la posguerra, Japón mantenía una tradición de empleo regular, en la que los hombres iniciaban su carrera en una empresa y la desarrollaban allí hasta su jubilación».
En resumen, Semuels acota que ante «la falta de recursos» para mantener a una familia con un sueldo inestable, una realidad donde el 70% de las mujeres dejan el trabajo después de su primer hijo y «la presión corporativa» que impide con sus fuertes exigencias el tener la posibilidad de crear una relación sentimental, hacen que la problemática en torno al nacimiento se agudice.
Esto a pesar de los esfuerzos que realiza la administración del primer ministro Shinzo Abe para detener el crecimiento de puestos de trabajo temporal y ayudar a la mujer nipona a mantener un balance entre el trabajo y la familia.
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