El osito Winnie the Pooh parece molestar al régimen chino. No se sabe muy bien si es por su oronda barriga o su extremada afición por la miel, pero este julio acabó siendo censurado en las redes sociales del país temporalmente y desde entonces se ha convertido en un símbolo más de la disidencia.
Todo comenzó en 2013, cuando el presidente chino, Xi Jinping, realizaba su primera visita a Estados Unidos como jefe de Estado y allí, paseando junto a su entonces homólogo estadounidense, Barack Obama, comenzó a hacerse viral un «meme» o caricatura de ambos, comparándoles con Winnie the Pooh y su inseparable amigo Tiger.
Desde entonces, el osito ha aparecido en otras históricas ocasiones para hablar de Xi: desde cuando estrechó la mano del primer ministro nipón, Shinzo Abe, inicio del deshielo entre ambos países, hasta cuando saludó a las tropas en el desfile militar que Pekín organizó en 2015.
En el primero de estos eventos, Xi y Abe se convertían en Winnie y el triste burrito Eeyore en internet, dándose la mano con un gesto muy parecido; y en el segundo, Winnie aparecía en numerosas caricaturas subido a un vehículo de forma similar al comandante Xi pasando revista a los soldados.
Es difícil saber qué ha llevado a las autoridades chinas a censurar al querido oso precisamente ahora, pero se suma a otras acciones similares de los censores que para algunos rozan el extremo y muestran el culto al líder que Xi Jinping promueve, mientras concentra cada vez más poder de cara al importante congreso que celebrará el Partido Comunista este otoño.
«Evidencia que el Gobierno chino está tan nervioso que ni siquiera tiene sentido del humor. También el estatus de emperador de (presidente) Xi Jinping, que no tolera ni este tipo de bromas», considera en declaraciones a Efe Patrick Poon, investigador de Amnistía Internacional para China.
Los nuevos límites en la red del país también han afectado estos días a aplicaciones hasta ahora permitidas, como WhatsApp, que no está funcionando con normalidad.
Es precisamente en éste y otros servicios de mensajería extranjeros donde el colectivo de disidentes o activistas ha compartido estos días información sobre el nobel de la Paz Liu Xiaobo, fallecido bajo custodia el pasado jueves, para evitar las populares aplicaciones chinas que pasan información al régimen.
El caso Liu también ha generado una extensa campaña de censura para silenciar las críticas, pues su fallecimiento por cáncer tras pasar sus últimos casi 9 años en prisión por defender la democracia ha vuelto a generar preocupación sobre el deterioro de los derechos humanos en China.
«Desde Liu Xiaobo hasta Winnie: el Gobierno chino no diferencia. Todos significan inestabilidad», opina en un mensaje enviado a Efe el disidente Badiucao, famoso caricaturista chino radicado en Australia.
Para él, la censura le ha dado un nuevo enfoque a su trabajo y ya ha difundido múltiples caricaturas en Twitter (@badiucao) sobre el presidente Xi con su nuevo «trofeo»: la cabeza del oso más popular de Disney.
En esta red social (bloqueada en el país) ha aparecido una nueva cuenta a nombre del «Disidente Pooh», cuya imagen muestra a Winnie leyendo el manifiesto político que llevó a la cárcel al nobel e intelectual chino, la Carta 08, que pedía reformas democráticas.
«(Censurar a Winnie) no es una muestra de poder, sino una humillación a sí mismos», afirma el artista.
Winnie comenzó a desaparecer en las principales redes sociales del país, como Wechat, un híbrido entre el WhatsApp y el Facebook occidental extremadamente popular en el país; pero desde hace unas horas ya volvía a escena sin problemas.
«De hecho, yo he usado mi aplicación de Wechat y puedo encontrar la información que mencionas», respondía hoy el portavoz del Ministerio de Exteriores Lu Kang, a preguntas de los periodistas sobre el tema.
Winnie vuelve a ser libre, pero desde hoy tiene una nueva faceta, como mostraba su nueva cuenta en Twitter: «Una nación de ovejas engendrará un Gobierno de lobos», advertía el dulce oso desde su nuevo altavoz. EFE
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