El Gobierno del presidente Donald Trump confirmó que los jóvenes indocumentados conocidos como «dreamers» (soñadores) y protegidos de la deportación podrán seguir, de momento, en Estados Unidos, pero dejó en el aire su futuro.
Desde su promulgación en 2012 bajo la presidencia de Barack Obama, el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) ha servido para frenar la deportación de 750.000 jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños.
Este jueves, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) emitió un memorando en el que aseguraba que la DACA «seguirá en efecto».
Sin embargo, el Gobierno indicó que Trump no ha tomado una decisión sobre el futuro del programa y que ese memorando solo pretendía aclarar que los beneficiarios de la DACA no se verían afectados por la rescisión de un programa similar para padres indocumentados de ciudadanos estadounidenses o hijos con residencia permanente.
«No ha habido una determinación final sobre el programa DACA, que el presidente ha subrayado que necesita ser abordado con compasión y corazón», afirmó el subsecretario de Asunto Públicos del DHS, Jonathan Hoffman, en un comunicado.
Un funcionario de la Casa Blanca señaló que el memorando no buscaba afectar a la DACA, pero no precisó si el Gobierno todavía revisa ese programa de alivio migratorio.
«Sinceramente, la inmigración es algo que debe ser resuelto por el Congreso», agregó el funcionario, que mantuvo el anonimato, en declaraciones a los periodistas.
El pasado febrero, Trump reconoció que la derogación de la DACA, una de sus promesas en la campaña electoral que en 2016 le llevó a la Casa Blanca, es «uno de los temas más difíciles» con los que se enfrenta y aseguró que lo encarará «con corazón».
Este jueves, el DHS rescindió el programa Acción Diferida para Responsabilidad de los Padres (DAPA), que beneficiaba a los padres indocumentados de hijos con ciudadanía o residencia permanente.
El secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, anunció en un comunicado que se ponía fin al programa promulgado en 2014 por el Gobierno de Obama y que eximía temporalmente de la deportación a padres de hijos regularizados.
La DAPA está bloqueada por los tribunales estadounidenses desde 2015 y lo que el Departamento de Seguridad Nacional señaló es que no «litigará» más para defender la puesta en marcha de esta medida de alivio migratorio.
Donald Trump ha adoptado una línea dura con la inmigración indocumentada desde que llegó al poder en enero pasado.
El presidente ha ordenado aumentar la seguridad fronteriza e intensificar las redadas de indocumentados, especialmente de aquellos que pertenecen a bandas criminales o tienen delitos pendientes, entre otras medidas. EFE
Contenido Relacionado: