Con un golpe seco sobre el escritorio, los agentes migratorios de Estados Unidos estampan en los pasaportes un sello que dice «Admitido» y una fecha de entrada.
A partir de ese momento, corre el tiempo permitido que un visitante extranjero tiene para permanecer en el país, que oscila entre 90 y 180 días en el caso de los turistas.
Las cifras presentadas esta semana por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) muestran que quienes más violan el periodo de estancia legal en el país no vienen de Latinoamérica, cómo podría pensarse por el alto número de indocumentados de la región que hay en el país.
El Reporte de Excedencia de Entrada/Salida en el Año Fiscal 2016 muestra que los canadienses representan el grupo más numeroso de extranjeros que ignoran el límite marcado en sus pasaportes.
En total 117.267 ciudadanos de Canadá se quedaron en Estados Unidos de los 8,62 millones que el DHS tenía contabilizados en sus registros que debían abandonaran el país.
El segundo grupo más grande fue el de los mexicanos. De los 2,92 millones que se esperaba que salieran, un total de 43.742 no lo hicieron.
Estos números incluyen a los visitantes que entraron por vía aérea o marítima por turismo o negocios entre el 1 de octubre de 2015 y el 30 de septiembre de 2016 (el año fiscal 2016).
El DHS dice que esta información se usa, en parte, con «el objetivo de identificar, localizar, procesar donde sea aplicable, y eliminar a aquellos retrasos (de salida) que plantean amenazas reales o potenciales de seguridad nacional» para Estados Unidos.
Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, las autoridades comprobaron que dos de los responsables -Satam al Suqami y Nawaq Alhazmi- estaban fuera del tiempo de permanencia legal en el país, según un reporte del diario The New York Times.
Los datos del DHS muestran que los países con una tasa superior al 10% de ciudadanos que se quedan en el país de forma ilegal son: Afganistán, Benín, Bután, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, República Central Africana, Chad, Yibuti, Eritrea, Gambia, Georgia, Guinea-Bissau, Irak, Laos, Liberia, Islas Marshall, Mauritania, Micronesia y Togo.
Las naciones exentas del requerimiento de visa para entrar a EE.UU. tuvieron un tasa promedio de 0,60%.
Aumento
Las cifras del año fiscal de 2016 comparadas con las de un año antes muestran un aumento significativo de los canadienses que decidieron quedarse en Estados Unidos más allá del periodo permitido.
Unos 24.000 canadienses más lo hicieron respecto a 2015, mientras que en el caso de los mexicanos el aumento solo fue de 1.628.
El gobierno de EE.UU. solo ha hecho públicas las cifras de estos dos años.
Los canadienses no requieren de visa para la entrada a EE.UU., pues son parte de las naciones incluidas en el Programa de Exención de Visas, a diferencia de los mexicanos y de los ciudadanos de otros países de América Latina (excepto Chile).
La ley estadounidense castiga con la cancelación de la visa a quienes violen el periodo de estancia.
Además, veta la entrada al país por tres años si el visitante estuvo hasta 365 días de más en el territorio, y por 10 años si la violación fue por más de un año.
Las estadísticas del DHS indican que en el año fiscal pasado de los 50 millones de visitantes que admitió el país, el 1,07% incumplió con el periodo de estancia.
¿Es prioritario un muro?
Mientras la política migratoria de Donald Trump ha priorizado la deportación de indocumentados, hay instituciones que han mostrado que es creciente el número de personas que llegan legalmente al país y se quedan por un tiempo indefinido.
El Centro para los Estudios de Migración presentó un estudio este año en el Journal on Migration and Human Security que muestra esta tendencia y considera que «continuará en el futuro previsible».
«Dos tercios de los que llegaron en 2014 no cruzaron ilegalmente una frontera, sino que fueron admitidos (después de ser revisados) con visas de no inmigrantes (temporales), y luego se excedieron en su período de admisión o violaron de otro modo los términos de sus visas», dice el análisis.
Según los autores del mismo, Robert Warren y Donald Kerwin, las estadísticas plantean cuestionamientos sobre «la necesidad y eficacia de extender el muro fronterizo» en la frontera sur de EE.UU., como ha prometido el gobierno de Donald Trump.
«En lugar de extender el muro, por ejemplo, los recursos fronterizos podrían estar mejor orientados a apoyar el estado de derecho», dicen los autores.
También a mejorar «las iniciativas de desarrollo económico en los estados del Triángulo Norte de América Central, o al procesamiento de refugiados en Centroamérica, o a mejorar la revisión de visitantes en puestos de emisión de visas», añaden.
Con información de BBC Mundo