Un joven de 17 años murió hoy, 16 de abril, tras resultar herido en una manifestación en el poblado Ciudad Bolivia de Barinas, en el oeste de Venezuela, informó el Ministerio Público. Con este se eleva a 42 la cifra de fallecidos registrados a causa de las protestas.
El adolescente murió en la madrugada local en el hospital Doctor Luis Razetti de la ciudad de Barinas, capital del estado del mismo nombre, donde fue ingresado ayer después de ser herido de bala, detalló la Fiscalía en un comunicado.
De acuerdo con la información del Ministerio Público, el joven se encontraba en los alrededores de Ciudad Bolivia, «lugar en el que se desarrollaba una manifestación, cuando repentinamente llegó un grupo de personas que efectuó varios disparos, hiriendo al joven en la región craneoencefálica».
La fuente no precisó los motivos de la protestas o si el joven formaba parte de la marcha.
El Ministerio Público venezolano señaló que hasta el momento no se ha determinado la responsabilidad de esta muerte informa EFE.
Con la muerte del joven subió a 42 el número de fallecidos registrados en los 46 días de protestas antigubernamentales, de acuerdo a los reportes de la Fiscalía y las autoridades.
Otras dos personas murieron ayer en el marco de la manifestaciones en el estado Táchira (frontera con Colombia), vecino a Barinas.
Al final de la jornada de protesta del lunes el Ministerio Público informó de la muerte del joven José Alviarez de 18 años, mientras que la alcaldesa de San Cristóbal del estado Táchira, la opositora Patricia Gutiérrez, indicó de la muerte de Diego Hernández, de 33.
La protesta forma parte de la agenda de manifestaciones opositoras que se iniciaron después de que el Tribunal Supremo, acusado de servir al chavismo, se atribuyera las funciones de la Asamblea Nacional, controlada por los opositores, y aunque la decisión fue revocada en medio de la presión internacional, la oposición insiste en denunciarlo.
La escalada de la tensión se recrudeció cuando Maduro anunció el inicio de un proceso constituyente para redactar una nueva Carta Magna como la «única» manera de conseguir la paz, lo que sus detractores ven como un golpe de Estado y una manera perpetuarse en el poder.