La nueva Asamblea Nacional 2017-2021 arrancó el 14 de mayo con la toma de posesión de los diputados electos el pasado febrero, y de nuevo con una mayoría del movimiento Alianza País que le valió al oficialismo para copar los tres principales puestos de poder: la presidencia y dos vicepresidencias.
Con 74 diputados sobre los 137 totales, la mayoría de AP seleccionó a José Serrano, exministro de Interior con el presidente saliente Rafael Correa, como máxima autoridad del poder legislativo, secundado en la primera y segunda vicepresidencia por Viviana Bonilla y Carlos Bergmann respectivamente.
Serrano fue elegido presidente de la Asamblea Nacional con 77 votos y, ya juramentado, presentó los objetivos de su gestión en nueve ejes, entre ellos una mayor apertura del Parlamento a la ciudadanía, «profundizar, visibilizar la fiscalización» o un trabajo legislativo «coherente».
Agradeció esta «nueva oportunidad» para ejercer como funcionario público lo que, dijo, le «compromete» y «motiva más» para cumplir su mandato.
El que fue el candidato al Parlamento más votado indicó que durante sus, en principio, dos años como máxima autoridad legislativa, espera que la Asamblea «conforme un espacio privilegiado para el dialogo plural (…) donde libremente se expongan las demandas».
«Las diferencias y discrepancias» dentro del Parlamento, subrayó, «son parte de la diversidad y riqueza del país», dijo Serrano, al tiempo que llamó a los asambleístas a «nunca usar el show mediático» en la Cámara ya que, advirtió, «seremos pues respetuosos pero intolerantes con quienes difamen».
En esta primera sesión de la nueva legislatura el movimiento oficialista también colocó a Viviana Bonilla, con 74 votos afirmativos, como primera vicepresidenta, continuando así AP con la inclusión de mujeres dentro de la directiva del Legislativo.
«Desde la Asamblea nuestra tarea será continuar fortaleciendo el marco jurídico del nuevo Ecuador, en sintonía estrecha con nuestro pueblo», defendió Bonilla durante su discurso de aceptación.
La guayaquileña sostuvo que el éxito del Parlamento «radicará en la capacidad de establecer acuerdos por encima de nuestras diferencias en aras del bien común».
Por su parte, Carlos Bergmann, que obtuvo 77 votos, declaró tras prestar juramento como segundo vicepresidente que este cargo es «el reto más grande» de su vida y extendió su mano a la oposición «para trabajar en unidad los 137 legisladores (…) en beneficio de la patria».
Durante esta primera sesión también fueron escogidas tres de las cuatro vocalías del Consejo de Administración Legislativa (CAL), que recayeron en las oficialistas Soledad Buendía, Verónica Arias y el opositor Luis Fernando Torres.
El cuarto de estos cargos estaba pendiente de elección porque ninguno de los candidatos propuestos consiguió la mayoría de votos.
A pesar de la mayoría parlamentaria de la que disfrutará por cuatro años, AP vio el pasado 19 de febrero como los votos les dieron 74 diputados, 26 menos de los que consiguieron en los comicios de 2013.
Por su parte, CREO junto con SUMA, la principal alianza opositora, subió de 11 a 34 asambleístas y fue de los movimientos que mejores resultados obtuvo junto con el Partido Socialcristiano (PSC), también contrario al oficialismo, que pasó de seis a quince curules.
En la Asamblea también tendrán representación el movimiento indígena Pachakutik con cuatro asientos y uno más en alianza con Izquierda Democrática, partido que en solitario obtuvo tres diputados.
El Partido Sociedad Patriótica consiguió dos escaños, Fuerza Ecuador uno y otros tres correspondieron a movimientos locales.
Este nuevo Parlamento comenzó su andadura días antes de que la presidencia de Ecuador empiece también una nueva etapa con el oficialista Lenín Moreno al frente de la República.
Moreno, quien venció al frente de AP en la segunda vuelta de las presidenciales del 2 de abril, tomará el testigo el 24 de mayo, tras una década de gobierno de Rafael Correa, informa EFE.
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