En la inmensa extensión de la Antártida, en contra de lo que se pensaba, grandes ríos, lagos y cascadas atraviesan su superficie fruto del drástico deshielo. Algunos ríos fluyen 120 kilómetros, hay lagos de 80 kilómetros de longitud y cascadas de 120 metros. Dispersos por todas las zonas, llegan tan cerca como a 600 kilómetros del Polo del Sur y a 1,3 metros sobre el nivel del mar. Y eso es preocupante.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió hace un mes que el clima extremo que se observó el año pasado —cada mes del primer semestre estableció un récord como el más caluroso en el registro de temperatura moderno, que data de 1880, según la NASA— continuará en el mediano plazo. Por ello, ahora no sorprende que en la Antártida observadores científicos hayan registrado redes de ríos y lagos nacidos a partir de las aguas de deshielo, de acuerdo con una investigación publicada por la revista Nature.
El autor principal del estudio, Jonathan Kingslake y su equipo, analizaron las fotos de agua de superficie capturadas de aviones militares desde 1947, así como las imágenes de satélite posteriores a 1973.
Los investigadores descubrieron una red estacional de 700 estanques, piscinas, ríos, arroyos trenzados y canales bordeando los lados de la Antártida, que nacen de aguas de deshielo a unos 600 km del Polo Sur, a 1.310 metros sobre el nivel del mar, por lo que se creía improbable anteriormente que el agua fluyera en la zona.
La Antártida ya está perdiendo hielo desde hace décadas -aunque con fluctuaciones importantes en la masa global- y los expertos desconocen con exactitud la importancia que puede tener en este proceso la existencia de grandes ríos o corrientes superficiales de agua. De momento, la escala de estos ríos -en relación al total de hielo antártico- es muy pequeña pero el proceso puede ser realmente importante en las próximas décadas.
Se teme que estos sistemas de agua causen el colapso de las plataformas de hielo que rodean tres cuartas partes del continente y evitan que los glaciares del interior del continente se liberen en el agua del océano.