La Universidad de Nevada demostró a través de una investigación que las clases en los colegios y las universidades deberían aplazar la hora de comienzo de las clases, permitiendo a sus alumnos empezar la jornada más tarde.
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El estudio asegura que las clases a horas tempranas interfieren en el reloj biológico de los estudiantes.
Para el análisis se estudiaron los patrones de rendimiento de 200 estudiantes.
«Los estudiantes obtienen mejores resultados si su tiempo de estudio se alinea con su ritmo personal y coincide con el momento del día en el que son más eficaces», asegura Paul Kelley de la Open University según 20 minutos.com.
Desde ese momento del día, 11h00 a 21h30, los estudiantes son más eficaces según el estudio replicado por 20minutos.com.
Además, Kelley asegura que tener que levantarse temprano podría llevar al aumento de problemas de salud mental.
«La perdida de sueño perjudica el rendimiento escolar y aumenta el riesgo de padecer obesidad, depresión o abuso de drogas», señalan los investigadores.
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