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“Lugar de la muerte” : la fosa desértica convertida en cementerio

Una fosa perdida en el desierto iraquí al sur de Mosul se convirtió en un «lugar de muerte» debido al uso que le da el Estado Islámico, según relatan los habitantes apenas liberados del yugo de los yihadistas.

La leyenda local cuenta que la caída de un meteorito provocó en la tierra esta grieta conocida como Khasfa (grieta en árabe). Lugar que alberga hoy una de las mayores fosas comunes de Irak, después de que el EI lo convirtiera en lugar de ejecuciones, según los habitantes de la región.

En 2014, el grupo radical se apoderó de amplios territorios en el norte y el oeste de Irak, antes de perder parte de ellos, entre éstos la región de Khasfa, ante la contraofensiva de las fuerzas iraquíes.

Saltar a la fosa

Hussein Khalaf Hilal, a quien el EI reprochaba curar a la gente con prácticas ancestrales, es uno de los supervivientes de Khasfa, situado a unos 10 kilómetros de Mosul.

«Me llevaron allá para darme miedo, querían que les declarara mi lealtad». Luego los yihadistas alinearon a los hombres de quince en quince, y los obligaron a lanzarse a la fosa tras haberles hecho tragar «píldoras», añade.

Hoy, un mes después de que los yihadistas dejaran el lugar ante el avance de las fuerzas iraquíes, la fosa está casi llena, hasta la superficie, según constataron los periodistas de la AFP. Un hueco más profundo puede verse en el centro de la fosa.

La región, donde patrullan las milicias paramilitares pro gubernamentales del Hashd al Shaabi, está repleta de artefactos explosivos dejados intencionalmente por el EI.

El sábado, una periodista kurda que cubría la batalla de Mosul, así como tres miembros del Hashd, murieron en la explosión de un artefacto explosivo, cerca de la fosa.

 

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