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Empresario japonés dejó a su esposa por una “muñeca de amor” de silicona

Senji Nakajami tiene 61 años, está casado y tiene dos hijos. Pero dice que su vida cambió cuando compró a “Saori” y la convirtió en su novia

NAGANO, JAPAN - JUNE 4: Senji Nakajima takes a walk with his Love Doll "Saori" at lake Suwa on June 4, 2016 in Nagano, Japan. Senji Nakajima, 61 years old, lives with his life-size 'love doll' named 'Saori' in his apartment in Tokyo, Japan. Nakajima, married with two children, who lives away from home for work, first started his life with Saori six years ago. At first, he used to imagine as if the doll was his first girl friend, and used it only for sexual purposes to fill the loneliness, but months later, he started to find Saori actually has an original personality. "She never betrays, not after only money. I'm tired of modern rational humans. They are heartless," Nakajima says, "for me, she is more than a doll. Not just a silicon rubber. She needs much help, but still is my perfect partner who shares precious moments with me and enriches my life." (Photo by Taro Karibe/Getty Images) (Taro Karibe/Getty Images)

Senji Nakajami, un empresario japonés de 61 años de edad, esta casado y tiene dos hijos, pero no convive con ellos en Nagano porque su trabajo le exige vivir en otra ciudad. Ante la soledad en su nueva vida en Tokio, decidió comprar una «muñeca de amor». La bautizó «Saori».

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Dos meses después, Nakajami sintió que la muñeca comenzó a desarrollar una personalidad propia y ya nada fue igual. Se convirtió en su «novia».

 

«Ella nunca me traiciona. Estoy cansado de los humanos racionales modernos…no tienen corazón. Para mi, ella es más que una muñeca. Necesita mucha ayuda…pero sigue siendo la pareja perfecta con quien comparto momentos preciosos y enriquece mi vida,» dijo el empresario de Saori.

El hombre japonés asegura que ha encontrado la felicidad gracias a su novia, ya que no «busca únicamente dinero.» Disfruta de una relación física con su acompañante de plástico, e incluso a veces la lleva a caminar en una silla de ruedas y a comprarle vestidos elegantes. Senji se ocupa de bañarla, vestirla, duerme con ella y hasta le abrocha el cinturón cuando viajan juntos.

Una muñeca de silicona puede costar más de USD 5.000 y el precio continua aumentando a medida que las relaciones intimas con objetos comienza a ponerse de moda en Asia. No son inflables, y hay alrededor de 50 modelos en el mercado chino que varían en su textura o apariencia. Según Japan Times, la industria de juguetes sexuales china genera un valor de USD 12.5 billones anuales, y tienen mucho que agradecerle a las muñecas de amor, de las cuales anuncian que son tan reales que los compradores nunca volverán a querer una novia verdadera.

Fuente: Infobae

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