Hay algo especial en las manos de los ecuatorianos. Cierta fijación en los detalles, la habilidad, el amor y el empeño que le ponen al oficio con los dedos son elementos que cruzan cada pasillo del Mercado Artesanal de La Mariscal.
Ubicado en el centro-norte de Quito, el Mercado es una parada obligatoria en cualquier visita a la ciudad capital.
Inaugurado en el 2000, el establecimiento se ha convertido en uno de los principales destinos para los turistas, que principalmente van en busca de ponchos, chales y bufandas hechas de lana de alpaca, camisas tejidas o los clásicos pequeños souvenirs de recuerdo.
A los visitantes también les encanta llevar consigo el café artesanal o el chocolate ecuatoriano. Otro de los favoritos, son las pinturas con paisajes del país.
Según cifras de la Empresa Pública Metropolitana de Gestión de Destino Turístico, casi 630 mil turistas llegaron a Quito en el año 2016. Con un promedio de 1oo locales, el Mercado Artesanal La Mariscal ofrece gran variedad de artesanías y souvenirs.
«El arte no tiene precio”
Estela y Moisés son propietarios de un local de pinturas que ellos elaboran. Los precios de las obras varían, dependiendo del material y la técnica pero como dijo Estela, “el arte no tiene precio”. Ambos tienen su espacio en el Mercado desde que abrió puertas. Antes de tener su local, Estela relató cómo tenían que vender en las calles, hasta que el Municipio los reubicó cuando creó el espacio de locales. «Tenemos un lugar donde ya no nos coge la lluvia, donde ya no tenemos que estar corriendo porque nos cogen los policías metropolitanos a pesar de que teníamos permiso. Aquí nos reubicaron muy bien», expresó la artesana.
En la voz de los vendedores y propietarios
“Los turistas buscan algo innovador. Diariamente salen las cobijas, los chales, todo lo relacionado con la lana de alpaca, porque ellos no tienen esa materia prima”, relató Fernando Sánchez, de 25 años, propietario de dos locales en el Mercado. Sánchez explicó que los chocolates y café artesanales también están muy de moda entre los turistas.
Muchas de las artesanías del Mercado llegan desde Otavalo, explicó por su parte Luis Remache, de 52 años, también propietario. En su caso,los turistas que llegan a su local van en busca de «los recuerditos pequeñitos, todo lo que son trabajaos manuales, artesanales».
Lo más “in”
Uno de los más novedosos artículos son los zapatos tejidos. “Los más jóvenes se llevan tres, cuatro pares”, relató Martha, la vendedora en el local.
Las famosas camisas tejidas
Como dijo la colega Gabriela Vaca, “los bordados dan una autonomía cultural a las etnias indígenas del país”.
En la voz de los turistas
Laura y su esposo Edwards son de Holanda. Ambos posaron junto Fanny, la vendedora del local, luego de comprar unas sábanas hechas de lana de Alpaca.
Texto y fotos por: David Cordero Mercado / Metro World News