El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, pidió este 19 de enero a Estados Unidos que aclare si ha formulado cargos contra él en secreto y si ha reclamado su extradición a raíz de la investigación sobre la filtración de miles de documentos secretos en 2010.
El activista, refugiado desde hace más de cuatro años en la embajada ecuatoriana en Londres, insistió en una rueda de prensa a través de internet en que aceptaría ir a EE.UU. si las autoridades aseguran que sus derechos «serán respetados».
«Deberían cerrar de inmediato el caso (contra WikiLeaks) o bien desvelar si existen cargos y una petición de extradición», señaló Assange, que avanzó que habrá «mucho diálogo» sobre su futuro, una vez se ha conmutado la pena de prisión a la exsoldado Chelsea Manning, que colaboró con su portal.
El australiano argumentó que no puede defenderse de las supuestas acusaciones contra él en Estados Unidos si no se desclasifican todos los detalles de la investigación sobre su portal de filtraciones.
Las autoridades «alegan que revelar información sustancial sobre el caso podría afectar de forma negativa a las pesquisas, pero el resultado de esta situación es que el proceso mismo se ha convertido en un castigo», argumentó.
«No tenemos material público suficiente para poder detectar ilegalidades en el proceso e iniciar un litigio», dijo Assange, que acusó a Washington de «intentar evitar que los abogados hinquen sus dientes en este caso manteniéndolo en secreto».
Una semana antes de que el presidente saliente de EE.UU., Barack Obama, anunciara la liberación en los próximos meses de Manning, que afrontaba una pena de 35 años, el fundador de WikiLeaks había avanzado que «aceptaría su extradición a Estados Unidos» si se tomaba esa medida.
«Mantengo todo lo que he dicho, incluida mi oferta de ir a Estados Unidos. Si la sentencia a Chelsea es conmutada, eso ocurrirá en mayo, por lo que puede haber mucho diálogo hasta ese momento», sostuvo.
«Estoy abierto a mantener una conversación con el Departamento de Justicia sobre cuál es el camino a seguir», agregó.
Assange, de 45 años, se refugió en 2012 en la legación diplomática de Ecuador en Londres para evitar ser entregado a Suecia, que le reclama para esclarecer su supuesta implicación en una violación «en grado menor».
El australiano niega esa acusación, pero ha rehusado viajar al país nórdico para defenderse porque asegura que podría ser extraditado desde allí a EE.UU., donde teme que podría afrontar incluso la pena de muerte por supuestos cargos de espionaje.
El antiguo hacker sostuvo además que la justicia británica ha rehusado hasta ahora informarle sobre si existe una petición formal por parte de Washington para extraditarle.
«Nuestros abogados le han preguntado al Reino Unido si han recibido alguna petición, pero rechazan confirmarlo o negarlo», aseguró.
Cuestionado sobre la posibilidad de que la llegada a la presidencia de Estados Unidos del republicano Donald Trump cambie su situación, Assange respondió que «eso está por ver».
«No hay que olvidar que Obama, durante su mandato, ha abierto más investigaciones criminales contra periodistas y soplones que todas las administraciones previas combinadas», afirmó. EFE