El estado argentino no volverá a financiar al fútbol gaucho, a través de la adquisición de los derechos de transmisión de partidos de aquel torneo como se hizo desde 2009, ratificó este martes 17 de enero de 2017 el presidente Mauricio Macri.
El presidente respondió en una rueda de prensa en la Casa Rosada, sobre la posibilidad de que el gobierno prolongue seis meses el contrato por la transmisión de los partidos ante la dilación de la firma de un nuevo contrato con empresas privadas por parte de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
«A pedido de ellos (AFA y clubes), el estado argentino no va a participar más desde el programa Fútbol para Todos (FPT) con la AFA. Hace seis meses que lo tienen claro.
Espero que tengan previsto cómo van a seguir a partir de febrero porque nosotros no vamos a participar más», afirmó el mandatario. El FPT fue un programa por el cual durante el gobierno de centroizquierda de Cristina Kirchner (2007-2015), el estado argentino había comprado los derechos de televisión del fútbol y transmitía todos los partidos gratuitamente.
Luego de más de siete años de fútbol gratuito por TV, el gobierno de Macri (centroderecha) busca terminar el FTP para volver a un esquema de contrato con privados en el que los usuarios paguen por ver los partidos.
Los clubes necesitan financiamiento urgente. Varios clubes deben meses de salarios a sus jugadores y, según la prensa deportiva, corre riesgo la reanudación del torneo argentino tras el receso estival, prevista para el 7 de febrero.
Desde la muerte de Julio Grondona, el caudillo que gobernó la AFA de 1979 hasta 2014, la AFA está una crisis que derivó en la intervención por una Comisión Normalizadora de la FIFA, cuyo mandato acaba el 30 de junio.
La AFA fijó para el próximo 28 de abril la fecha de la elección de su nuevo presidente. «El fútbol está en una crisis terminal tal vez peor de la que recibimos el país.
Sus dirigentes en vez de encarar el tema siguen tratando de encontrar un atajo, un parche y no toman las cosas con la suficiente seriedad», acusó Macri, quien presidió el popular club Boca Juniors entre 1995 y 2007, cargo que lo catapultó a la escena política.
El presidente desafió a los clubes al sostener que «no hay excepciones para nadie, tienen que pagar impuestos, cumplir con obligaciones y trabajar para que sus estadios sean seguros».
El gobierno de Macri impulsa una Superliga, un torneo de primera división por fuera de la AFA, que permita el ingreso de Sociedades Anónimas Deportivas, en oposición al actual modelo de clubes, que son Sociedades Civiles Sin Fines de Lucro.
Para poner fin a la «crisis terminal» que vive el futbol argentino, «espero que la AFA y los clubes en general abandonen la oscuridad y se transformen en instituciones transparentes, creíbles y confiables», insistió Mauricio Macri.