Hasta el 25 de diciembre los bombillos, árboles de Navidad y nacimientos fueron la temática en el parque La Carolina. Esos productos, ahora, están guardados y en su lugar se colocaron pelucas, monigotes y bromas de Año Viejo.
Ya sea de papel o de cartón, los monigotes son los más buscados para estas fechas. Daniel Villacís, por ejemplo, está buscando uno para quemar entre los compañeros de la clínica.
Villacís fue a buscar un monigote de la jueza, sin embargo en la Carolina no corrió con suerte. Hay Iron Man, toros de Barcelona, Hulk, Minions y demás; pero no hubo aquel monigote que le ‘haga sentir el poder’.
Al parecer de Villacís, los monigotes están caros. Los pequeños, por ejemplo, están en 10 dólares. Ya, regateando, se consigue en 5. Hay otros que, según él, están en más de 100 dólares.
Así lo reconoce Luis Lituma, comerciante de Años Viejos en el parque La Carolina. Según Lituma, desde el 25 sacó a vender máscaras, pelucas y demás artículos que se comercializan para Año Nuevo.
La confección y elaboración de Años Viejos inicia desde enero, según Lituma. Los moldes se empiezan a hacer desde enero. En un día, por ejemplo, se puede hacer 20 muñecos de papel. Sin embargo, los más elaborados de espuma o de cartón puede tomar unos dos días.
Los precios, dependiendo del modelo y del tamaño, varían entre 5 dólares y 130. Luego de los muñecos, los juegos pirotécnicos son los más buscados por los clientes.
En el mismo parque, los creativos de los Años Viejos aprovechan cualquier espacio para comercializar su arte. Ese es el caso de José Amaguaya. Él llegó el 29 de diciembre, en la madrugada, a Quito desde Guayaquil. Se instaló en un extremo del parque La Carolina. Allí comercializa monigotes desde hace cinco años.
En la equina de las avenidas República y Amazonas, Amaguaya vende sus monigotes desde los 30 dólares hasta los 285. Según él, este año el que más pide la gente es la de la jueza.
«Todos quieren sentir su poder», dice entre risas Amaguaya. Aunque, dijo, como Barcelona SC quedó campeón los clientes han preguntado mucho por algún ‘viejo’ que tenga algo del equipo amarillo.
En menos de una mañana, Amaguaya ya había vendido tres monigotes. Espera que el 30 y 31 de diciembre el negocio se levante y se venda más.
En el extremo oriente, los puestos de monigotes también están colocados. Allí, el panorama de la venta de los monigotes no es alentadora.
Mintras arma un monigote de papel, Guillermo Guayasamín se queja de la economía en este 2016. Al igual que otros de sus compañeros, el inició la feria desde hace dos meses y empezó con Navidad.
Para esa fecha, las ventas no fueron las óptimas. Ahora, para Año Nuevo, el negocio no va bien. En una semana de feria vendió dos monigotes de 30 dólares.
Según Guayasamín, la gente se asusta al escuchar los precios. «Hay desde 10 hasta 150. Pero, incluso los de papel son elegantes. Los Años Viejos tienen terno y corbata, para que vea la elegancia», dice preocupado Guayasamín.
Para palear la falta de venta de monigotes, Guayasamín también comercializa caretas, pelucas y demás bromas para dar fin al 2016. Eso sí, no desaprovechó para invitar a la gente a que compre.
En Ecuador, la quema de Años Viejos es una tradición que va desde años. Este 2016 no será la excepción.
