En las últimas semanas potentes sismos han sacudido diferentes partes del mundo cobrando la vida de cientos de personas y aunque es normal que se reporten muchos sismos, la gran cantidad de los movimientos está provocando varias teorías.
Nueva Zelanda, Islas Salomón, e Indonesia han sido los países más recientes que han sentido el impacto de este fenómeno atmosférico y varios sismogramas y numerosos expertos en el tema advierten que la abundancia de temblores podría ser una señal de que algo grave está sucediendo en la Tierra, informó el reporta RT.
Una de las teorías sería de una perturbación global en el núcleo de nuestro planeta que causa una extraña y desconocida vibración.
En un clip compartido demuestra que la extraña señal, parecida a la de un terremoto se está registrando por todo el mundo, sin embargo, luego de analizar los datos de la actividad sísmica, el autor del video dijo que no se tiene constancia de ningún sismo en el momento en que se detectó.
Explicó que en algunos casos la vibración dura más que una hora.
Al mismo tiempo confesó que el origen de las vibraciones sigue sin conocerse lo que provoca preocupación a los expertos en este tema.
De acuerdo con geólogos expertos en terremotos, liderados por Pengyun Wang, de la Universidad Carnegie Mellon, la causa de ello sería la inyección de aguas residuales y otros fluidos en las capas subterráneas.
La inyección de fluidos es el proceso por el cual las aguas residuales se vierten a través de aberturas artificiales en pozos o depósitos subterráneos. A menudo, se utiliza como un método de eliminación de aguas usadas en procesos industriales que recurren a productos químicos, lo que hace que no sea apta para reintroducir en el medio ambiente.
Wang ha investigado durante los dos últimos años el aumento de los terremotos en la región para explicar sus causas. “Debido a que la actividad sísmica ha aumentado de modo tan significativo – explica Wang en un comunicado –, el estado ha creado una impresionante red de monitoreo de infraestructura, ha instalado un gran número de sensores en la región y cuenta con una base de datos bien organizada y abierta al público».
El uso y análisis de estos datos es lo que ha permitido deducir el agente detrás de los movimiento. “La propagación del fluido inyectado – afirma Wang – puede llegar a las líneas de falla cercanas, algunas de ellas críticamente estresadas, causando que estas se deslicen, lo que provoca los terremotos. Además, si hay un depósito subterráneo cerca de una línea de falla, al llenarlo de agua, aumenta su peso y la tensión de la propia falla”.