Las muertes por sobredosis de la droga fentanilo se incrementaron a un ritmo alarmante en Estados Unidos, según un informe publicado hoy por la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA).
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«Lamentablemente, este informe confirma que los opiáceos como la heroína y el fentanilo -y las pastillas para el dolor recetadas- están matando a gente en este país a un ritmo horrible», aseguró el administrador de la DEA, Chuck Rosenberg.
«Nos enfrentamos -subrayó Rosenberg- a una crisis de salud pública de proporciones históricas, y esto solo se puede contrarrestar con la ley, la formación y el tratamiento».
Las muertes por sobredosis de «opioides sintéticos» aumentaron en un 79 % de 2013 a 2014, de 3.097 a 5.544, un aumento del que los funcionarios de salud pública responsabilizan en mayor medida al fentanilo.
La DEA relacionó más de 700 muertes en Estados Unidos con el fentanilo y sus análogos entre 2013 y 2014.
La «epidemia nacional» de opioides, que estimula a una población de usuarios de heroína y que resulta en una mayor cantidad de sobredosis, se vio incrementada por la reaparición nacional del fentanilo, un opioide sintético mucho más potente que la heroína.
La agencia subrayó las fuertes propiedades opioides del fentanilo como causante del atractivo de la droga que, por lo general, se mezcla con productos de heroína o viene con pastillas de prescripción falsas, en ocasiones sin la conciencia de los usuarios, que a menudo conduce a una sobredosis.
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En cuanto a su procedencia, la DEA explicó que la mayoría del fentanilo ilícito se fabrica en México con la ayuda de la distribución china y luego es introducido de contrabando en EE.UU.
Este aumento de las muertes por sobredosis también coincide con la llegada del carfentanil a los mercados de drogas ilícitas de Estados Unidos, un compuesto relacionado con el fentanilo que es aproximadamente 10.000 veces más potente que la morfina.
La agencia antidrogas mostró su preocupación por esta sustancia, ya que su fuerza podría conducir a un aumento de las sobredosis, incluso entre los usuarios tolerantes a los opiáceos.
Las organizaciones criminales trasnacionales mexicanas, principalmente los carteles de Sinaloa o Juárez, continúan siendo los proveedores más importantes de heroína, cocaína y metanfetamina EE.UU., además de la mayor amenaza criminal contra el país, en particular en Boston, Chicago, Los Ángeles y Filadelfia.
La DEA responsabiliza a estos grupos de gran parte de la violencia extrema en los últimos años en México, que luchan continuamente por el control del territorio y cuyas bandas violentas afiliadas en EE.UU. suponen una amenaza significativa para la seguridad a cambio de lucro.
El documento apunta que el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) se está convirtiendo rápidamente en una de las organizaciones criminales trasnacionales más poderosas de México y compite con el cartel de Sinaloa en Asia, Europa y Oceanía.
Por su parte, el mercado colombiano de drogas en 2014 estuvo dominado por bandas criminales, cuyos miembros incluyen los restos de los cárteles de Cali, Medellín y Norte del Valle, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército Popular (FARC-EP) y los grupos de autodefensa asociados.
Según el informe, las FARC-EP están colaborando cada vez más con organizaciones criminales trasnacionales mexicanas para hacer contrabando de toneladas de cocaína en EE.UU., lo que les ha relacionado con los Zetas, CJNG y el cartel de Sinaloa.
Las organizaciones criminales trasnacionales asiáticas operan principalmente en la costa oeste, aunque están extendiendo cada vez más sus operaciones por todo el país, con contrabando de marihuana y la droga sintética MDMA, y en menor medida con cocaína y metanfetamina.
Además del tráfico de drogas, estas organizaciones asiáticas también están involucradas en el tráfico de armas, asaltos, robos de vehículos, ciberdelincuencia, lavado de dinero y asesinatos.