Los cubanos nunca imaginaron que las visitas papales les serían un asunto tan familiar, y mucho menos que la figura de un papa católico fuera decisiva en la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Pero así fue.
En solo 17 años, tres pontífices católicos marcaron una ruta de encuentro y reencuentros con Cuba: Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco. Es un récord con el que muy pocos países cuentan. Y será una historia que valdrá la pena recordar.
“Que Cuba se abra al mundo…”
En enero de 1998, el papa Juan Pablo II sorprendió al mundo con su primera visita a la isla cubana. En aquel momento, la Iglesia reclamaba mayores espacios y libertades para ejercer su ministerio. El papa polaco se quedó cinco días entre el pueblo cubano, celebró misa en la Plaza de la Revolución de La Habana y se reunión con el entonces presidente Fidel Castro.
Karol Wojtyla reclamó que el pueblo cubano no debe ser privado de sus vínculos con otros países y les invitó a ser “capaces de crear un ambiente de mayor libertad y pluralismo”. Su exhortación de “que Cuba se abra al mundo con todas sus magníficas posibilidades, y que el mundo se abra a Cuba”, quedó grabada para la historia.
“Luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor”
Pasaron 14 años cuando Benedicto XVI, con motivo del cuarto centenario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, visitó Cuba como el peregrino de la Caridad. Durante su visita en marzo de 2012, Joseph Ratzinger reconoció avances en las relaciones entre la Iglesia Católica y el estado cubano. “Es de reconocer con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe. Sin embargo, es preciso seguir adelante, y deseo animar a las instancias gubernamentales de la Nación a reforzar lo ya alcanzado y avanzar por este camino de genuino servicio al bien común de toda la sociedad cubana”, declaró entonces Benedicto XVI.
Francisco el mediador
El Papa Francisco llegará a Cuba en septiembre de 2015. El argentino Jorge Mario Bergoglio decidió estar en Cuba cuatro días, antes de cruzar a Estados Unidos, donde ir a la Casa Blanca, el Congreso, la sede de la Organización de las Naciones Unidas y de participar del Encuentro Mundial de las Familias.
Cuando en diciembre de 2014, los presidentes de Estados Unidos y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, anunciaron el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas, agradecieron la intervención del papa Francisco. El pontífice latinoamericano promovió el diálogo a través de cartas a ambos mandatarios. El resultado es que ya ambos países abrieron sus respectivas embajadas. El Vaticano se comprometió a seguir acompañando a ambos países en el proceso de fortalecer sus relaciones bilaterales y promover el bienestar de sus ciudadanos.
Reunión con Fidel Castro
El Papa Francisco se reunió en 2015 con el expresidente cubano, Fidel Castro y su familia.
El encuentro ocurrió en la residencia de Castro, quien le recibió junto a su esposa, hijos y nietos. “Tuvo un encuentro muy familiar, informal de más o menos 30 a 40 minutos”, dijo el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi a la prensa internacional en aquella ocasión.
El Pontífice católico regaló varios libros a Castro, quien en su último encuentro en Brasil, le solicitó que le recomendara algunas lecturas. Lombardi mencionó que, Además de su carta apostólica, Evangelii Gaudium, y la encíclica sobre el cuidado de la naturaleza, Laudato Sí, Francisco le obsequió a Castro varios textos de reflexión teológica. Estos son: “La boca se nos llenó de risas” y “Evangelios Molestos”, del teólogo Alessandro Pronzato, y un libro sobre el padre Segundo Llorente. Este misionero jesuita fue formador de los Castro durante su juventud. Castro, por su parte, le entregó al Papa Francisco un libro del teólogo de la liberación brasileño Frei Betto.