El presidente del Senado colombiano, Mauricio Lizcano, considera que las FARC tendrán obligatoriamente que reconciliarse con el resto de Colombia, de la misma manera que víctimas como él las han perdonado para poder alcanzar la paz del país.
«Los colombianos esperamos primero un gran arrepentimiento por parte de la FARC y que pedir perdón no sólo sea en casos puntuales, sino masivos, porque todos los colombianos fuimos víctimas, y yo también siento que ellos van a tener que entrar en una forzosa reconciliación con la sociedad civil«, manifestó Lizcano en una entrevista con Efe en Cartagena.
Lizcano, senador del Partido de la U, sabe bien lo que siente una víctima de las FARC porque su padre, Óscar Tulio Lizcano, fue secuestrado por esa guerrilla en agosto del 2000, cuando era miembro de la Cámara de Representantes, y permaneció ocho años cautivo, hasta que escapó en octubre de 2008.
«Nosotros hemos decidido como familia que ya le hemos otorgado el perdón a las FARC (…), el perdón es liberador, es una virtud que crea sociedades nuevas y nosotros estamos dispuestos a reconciliarnos», afirmó.
Rafael Correa en la firma de la paz en Colombia
El senador verá hoy en los actos de firma de la paz a los jefes de las FARC y posiblemente a alguno de los involucrados en el secuestro de su padre, ante lo cual afirma: «no puedo negar que me suben mariposas por el estómago porque es un día que yo no he tenido».
«Yo nunca me he encontrado cara a cara con quienes secuestraron o enviaron a secuestrar a mi papá. Va a ser un momento de muchos sentimientos encontrados», confiesa.
Agrega que de ahora en adelante él y los suyos seguramente se encontrarán más con los miembros de esa guerrilla convertida ahora en movimiento político.
«Tendremos que darnos la mano o hablar algunas palabras», reveló el presidente del Senado, quien dijo que en el caso de su padre probablemente «haya un acto especial con las FARC en un tema de perdón durante esta semana, posiblemente en La Habana».
El de su padre no es el único caso de secuestro en su familia, pues su hermano Juan Carlos Lizcano también estuvo seis meses en manos de un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) cuando el diputado Lizcano llevaba cuatro años cautivo de las FARC.
Con esos argumentos, el presidente del Senado quiere que sus compatriotas que son escépticos con la paz que se firma hoy vean que es la mejor alternativa para terminar 52 años de un conflicto que ha cubierto de sangre, dolor y muerte al país.
«Lo primero que yo les digo es que hay que creer, es mejor indudablemente un país en paz que un país con conflicto y precisamente quienes hemos vivido la guerra, quienes hemos padecido, -en mi caso, mi padre secuestrado y mi hermano, que también estuvo secuestrado-, sabemos el valor de la paz», expresó.
Con la sabiduría de un anciano, aunque solo tenga 40 años, Lizcano, padre de tres hijos para los que sueña un país en paz y sin la tragedia que a su familia le tocó vivir, se pregunta: «si nosotros que vivimos esto y lo sufrimos en carne propia estamos dispuestos a perdonar y a reconciliarnos y a hacer la paz, ¿por qué la gente que no lo vivió no lo puede hacer?».
En lo que corresponde a las FARC, cuyas manifestaciones sobre las víctimas son escasas, así como las muestras de arrepentimiento y deseo de perdón, Lizcano afirma que el país desearía más de ellos.
«Indudablemente todos los colombianos estamos esperando que cada día ellos se sintonicen más con lo que se espera de ellos y no ellos lo que esperan de los colombianos», sentencia.
El senador confía en que, por ahora, las FARC comiencen por dejar las armas «que cumplan los acuerdos, no vuelvan a hacer violencia y entreguen las rutas del narcotráfico» y luego participen en política.
«El hecho de que ellos puedan participar en política les genera una especie de cohesión hacia el futuro, porque si solamente entregan las armas y se les manda para la casa, la probabilidad de que ellos vuelvan a delinquir o que se desorganicen es muy fuerte. La política les da de alguna manera una causa y una posibilidad de que se mantengan unidos y que tengan que cumplir los compromisos», advierte.
Eso no quiere decir que Lizcano, que confía en el triunfo por «tres a uno» del «sí» al acuerdo de paz en el plebiscito del próximo 2 de octubre, piense en votar alguna vez por las FARC, una posibilidad que no existe, según afirma.
«Nosotros no vamos a votar por las FARC, no haremos coaliciones con las FARC, no estamos votando el ‘sí’ al plebiscito por las FARC sino por la paz de Colombia», concluye.