Cuando las personas hacen dieta para adelgazar, a menudo tienden a subirse a la báscula constantemente para comprobar cuánto han perdido.
Sin embargo, puede ocurrir que lo que parece una bajada significativa por la mañana se convierta en una minucia por la noche.
La diferencia de valores que obtienen de la máquina se debe a que el cuerpo humano experimenta, de forma normal, una variación de peso durante el día que puede rondar los dos kilogramos y medio.
Según explica Alison Shepherd, investigadora del King’s College London (Reino Unido), la mayor parte de los cambios derivan de las funciones que realiza el organismo durante el día. Básicamente, ingerir alimento, beber líquidos e ir al baño.
Alrededor del 53 % del peso corporal de las mujeres es agua, mientras que el porcentaje en los hombres ronda el 60 %. Además del líquido que tomas, tu cuerpo produce fluidos en el metabolismo de los nutrientes.
Por otro lado, el organismo expulsa gran parte de ese líquido a través de la respiración, el sudor, las heces, la orina y por evaporación a través de la piel.
De esta forma, cuando sufres diarrea o tienes vómitos durante un largo periodo de tiempo, puedes llegar a perder más de un litro y medio de agua, que equivaldrían a algo más de tres kilogramos.
