El reporte final de la investigación sobre la muerte de un niño atrapado por un caimán en un centro hotelero de Disney en Orlando (Florida) en junio pasado reveló, hoy lunes 22 de agosto, que varios huéspedes vieron al reptil antes del ataque y que al menos uno informó a un empleado del establecimiento.
El resultado de la investigación de este caso que conmocionó a Florida está resumido en un sumario de seis páginas difundido hoy por la Comisión para la Conservación de la Fauna y la Pesca (FWC) de Florida y la oficina del alguacil del condado de Orange.
Lane Thomas Graves, de dos años, murió el 14 de junio por «traumatismo craneoencefálico y ahogamiento», tras haber sido arrastrado por un caimán hasta una laguna del Grand Floridian Resort en Orlando, cuando estaba jugando en la orilla.
«El examen de los mordiscos que mostraba el cadáver del niño arrojó que el menor había muerto a causa de las graves heridas sufridas por un caimán», indicó la sinopsis de la investigación.
En el lugar donde se produjo el «accidente» no se identificó ninguna señal de «Prohibido bañarse», señala el reporte.
El informe relata en primer lugar que el pasado 14 de junio el padre del niño, Matt Graves, oyó un chapoteo en el agua y vio cómo en segundos un caimán mordía la cabeza de su hijo y lo arrastraba al interior de la laguna artificial.
El hombre se arrojó de inmediato al agua e intentó, inútilmente, abrir las fauces del reptil, que logró sumergirse con su presa y «desaparecer en el agua».
Varias personas llamaron a la línea de urgencia 911 y, poco después, policías del condado de Orange y expertos del FWC comenzaron la búsqueda del niño «por tierra, agua y aire».
El cadáver del niño fue encontrado por submarinistas al día siguiente sumergido a una profundidad de unos 2,1 metros «cerca de donde tuvo lugar el ataque inicial».