Para muchas mujeres, llegar a la pubertad en algunas regiones del sur de Malaui no representa una edad donde comienzan a tener diversión, salir con las amigas o iniciar un tierno romance con el chico que les gusta. Es todo lo contrario, deben “limpiar” sus cuerpos por medio de un rito sexual.
Se trata de una tradición que data de siglos atrás y que, de no realizarse, puede traer graves consecuencias sociales o de salud para la menor, su familia o la comunidad entera de acuerdo con la superstición local.
Hienas
Para realizar este ritual, las familias contratan los servicios de un “limpiador”, que por lo general se trata de un hombre mayor a quien llaman “hiena” y al que pagan entre cuatro y siete dólares por sesión.
El acto no es visto como una violación por la población, sino como un acto de “limpieza” o “purificación” de las menores y mujeres en general. Por ejemplo, si un hombre muere, la viuda debe acostarse con el hiena para poder enterrar a su esposo. También se debe purificar a la mujer si sufre un aborto, entre otros casos.
Lo sorprendente es que para las jovencitas el ritual se realiza después de su primera menstruación y dura aproximadamente tres días. Este hecho marcaría su paso de la niñez a la juventud.
Tradición
Al tratarse de una tradición, hay mujeres en cada villa que se dedican a organizar campamentos donde enseñan a las jóvenes los deberes de una esposa y cómo complacer a sus esposos sexualmente. La “limpieza sexual” con un hiena es el último paso de este proceso.
VIH
De acuerdo con la costumbre, el sexo con un hiena debe realizarse sin preservativos. Por esta razón, la familia y las organizadoras aseguran que escogen a hombres de buenos principios para asegurarse de que no esté infectado con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Sin embargo, La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que uno de cada diez malauíes portan el virus, por lo que esta práctica representa un gran riesgo de transmisión para las mujeres. El riesgo de un embarazo a edad temprana es igual de grave.
Grandes esfuerzos por parte de organizaciones no lucrativas se han realizado para erradicar o cambiar esta tradición. Se han ofrecido otros rituales de limpieza donde las jóvenes deben pasar por una unción especial y no realizar un acto sexual.
En algunas regiones donde hay una mayor educación esta práctica casi no existe o se opta por otra alternativa más benigna para las jóvenes. Sin embargo, debido a la gran pobreza y hambre que se vive en el país, erradicar esta tradición no es un prioridad.
Con información de BBC