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En una rueda de prensa, el director del FBI, James Comey, afirmó hoy que la virtual candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, no debe ser imputada por el uso de servidores privados de correo, aunque hay evidencias de que ella y sus ayudantes fueron «muy negligentes» en el manejo de información clasificada.
La recomendación del Buró Federal de Investigación (FBI) es provisional y la decisión definitiva depende del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
«¡Muy muy injusto! Como de costumbre, mal juicio», afirmó en Twitter Trump, que consideró que el general retirado David Petraeus, exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), «se metió en problemas por mucho menos».
Petraeus tuvo que dimitir en noviembre de 2012 por excederse con la información que facilitó a su amante, Paula Broadwell, que pudo haber tenido acceso a asuntos de seguridad nacional.
El general de cuatro estrellas y uno de los principales estrategas de la guerra en Irak fue condenado en abril de 2015 por una corte de Carolina del Norte a dos años de libertad vigilada y el pago de una multa de 100.000 dólares por filtrar información secreta.
La polémica por los correos electrónicos se desató a comienzos de 2015, cuando los medios estadounidenses revelaron que, durante sus cuatro años en el Departamento de Estado, Clinton usó en todo momento una cuenta personal para sus comunicaciones, con un servidor privado.
Clinton reconoció entonces que habría sido «más inteligente» usar una cuenta oficial y entregó en octubre del año pasado 55.000 páginas de correos electrónicos de esa etapa al Departamento de Estado, que publicó comunicaciones de la ex primera dama de manera mensual hasta el 29 de febrero.
El pasado sábado, Clinton declaró «de manera voluntaria» ante el FBI durante tres horas y media, indicó su portavoz, Nick Merrill, en un breve comunicado sobre el encuentro, que según la campaña de la política demócrata tuvo lugar en la sede del FBI en Washington.