El precandidato republicano a la Presidencia de EE.UU., Donald Trump, ha revelado que cerró un negocio con el difunto presidente libio Muhammar Gaddafi que le hizo ganar mucho dinero.
Según el magnate, el trato consistió en permitir instalar su tienda de campaña en una finca de su propiedad. El exlíder libio era conocido por hospedarse en jaimas y no en residencias oficiales durante sus estancias a otros países. En 2009, durante su visita a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, las autoridades le rechazaron este capricho.
«Tuvo que hacer un negocio conmigo por no poder hospedarse. Me pagó un montón», hizo público Trump en el programa ‘Face the Nation’ de la CBS el pasado domingo.
Aunque la tienda sí fue instalada, Gaddafi no se hospedó allí, una circunstancia que según Trump se convirtió en una «especie de gran broma».
El multimillonario ya mencionó esta situación en 2011, cuando aseguró que no le había dejado a Gaddafi usar su finca pese a que había recibido el dinero.