Por primera vez en la historia del ser humano, científicos lograron identificar cómo el consumo de LSD afecta a diversas zonas del cerebro humano, convirtiéndolo en algo parecido «al cerebro de un bebé o un niño».
Para lograrlo, un equipo de investigadores del Imperial College, en Londres, Inglaterra, escaneó los cerebros de 20 voluntarios quienes, en nombre de la ciencia, aceptaron inyectarse la droga.
Los resultados fueron sorprendentes. Los cientíificos se dieron cuenta que uno de los principales efectos es que diversas regiones del cerebro, más allá de la corteza, «se comunicaban» con otras regiones, entre sí.
Normalmente el cerebro funciona en redes independientes que realizan funciones separadas, por ejemplo la visión o movimiento. Bajo el LSD, esta separación «se rompe», lo que genera un sistema más unificado. «El cerebro es como cuando éramos niños: libre y sin restricciones», dijo Robin Cahart-Harris, autor del estudio, a la revista científica PNAS.
El LSD, o ácido lisérgico, se sintetizó por primera vez en 1938, pero fue en las décadas de los años 50 y 60 cuando aumentó su uso como una droga recreativa, lo que llevó a su prohibición.
El estudio podría tener grandes implicaciones para la psiquiatria, señaló el autor, ya que respalda la investigación que se ha realizado sobre los beneficios médicos potenciales de algunas sustancias psicoactivas.
En el siguiente video les mostramos el reto «LSD contra Alcohol» en el que un par de amigos realizan actividades similares, cada uno bajo los efectos de una de las dos drogas.