Este es uno de los eventos destacados de Semana Santa, que según la reseña histórica, es una ceremonia paralitúrgica que en sus comienzos se celebraba en la Catedral de la ciudad de Sevilla (España) y luego pasó a las Colonias, a la Catedral de Lima, ciudad de los Reyes, y en 1550 a la Catedral de Quito. En la actualidad este rito se celebra únicamente en las ciudades de Sevilla y Quito.
A las 12h00 del Miércoles Santo, el Cabildo de Canónigos, revestidos de luto, con túnica, capa, coguilla y cauda, presididos por el Arzobispo también revestido de cogulla, capa y manga roja por el martirio de Cristo, se dirigen al coro principal de la iglesia y colocados en sus puestos cantan la hora litúrgica de Vísperas acompañados del Coro de Cantores. Así se inicia el desfile de la Procesión al interior del templo.
La ceremonia prosigue con los canónigos en orden inverso de precedencia con los acólitos acompañando a cada lado y un tercero al final de la cauda para recogerla. Luego todos se conducen por la nave derecha con paso lento, austro y de recogimiento.
El Arzobispo, celebrante principal, está acompañado de sus obispos auxiliares y bajo palio, transportado por los Vicarios Episcopales, cierra la procesión llevando las reliquias de la Verdadera Cruz. Llega al Altar Mayor y recibe la bandera negra y al cántico del Himno Vexilla Regis (las Banderas del Señor), toca con la bandera el Altar y la bate sobre él.
El evento es abierto a todo público y se permitirá el ingreso a la nave central de La Catedral, únicamente hasta que se llene su capacidad. En las afueras de la iglesia se ubicará una pantalla gigante.
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