La reducción de sólo un 25% del sedentarismo evitaría al año 1,3 millones de muertes en el mundo, cerca de 679.000 en América, afirmó el experto estadounidense Michael Pratt, en el Simposio Vida Activa y Saludable de la Serie Científica Latinoamericana que se desarrolla en Buenos Aires.
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El encuentro, que reúne a cerca de 200 participantes, analiza la relación entre la actividad física y la salud desde los aportes de científicos, médicos, académicos y deportistas de todo el mundo.
Durante la primera jornada del encuentro, los expertos recordaron que la actividad física insuficiente es la causante de 3,2 millones de muertes en todo el mundo cada año, el 5,5 % del total y ha sido calificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el cuarto factor de riesgo de mortalidad mundial por enfermedades no transmisibles después de la hipertensión, el tabaquismo y la hiperglucemia.
Michael Pratt, asesor principal de Salud Global del Centro Nacional de Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud en los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, llamó la atención sobre la necesidad de comprender la estrecha relación que existe entre la actividad física, la vida saludable y la reducción del riesgo de enfermedades crónicas.
“La OMS recomienda que los niños y adolescentes realicen al menos una hora diaria de actividad física moderada o vigorosa” recordó y “desafortunadamente, alrededor de la tercera parte de los adultos y el 80% de los adolescentes de todo el mundo” no desarrollan actividad física habitualmente, lamentó.
“En Argentina, cerca de la mitad de los adultos son inactivos y la tendencia parece ir en aumento”, denunció Pratt, que alertó del “gran costo económico” que eso implica a los países, por lo que llamó a combinar “estrategias clínicas y comunitarias” para instalar un “estilo de vida saludable”.
La especialista canadiense Margo Mountjoy explicó que en su país el costo económico de la inactividad física es de aproximadamente 150 millones de dólares por año y propuso “cambios en el comportamiento” de los niños para conseguir una generación más activa, con “rutinas saludables en la infancia que se extiendan hasta la edad adulta”.
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Mountjoy detalló los “desplazamientos motorizados, la exposición excesiva a la televisión y a los videojuegos pasivos” como factores de riesgo que hay que erradicar para “mejorar la salud y el rendimiento físico e intelectual” de los niños.
Además, “un buen desarrollo físico ayuda a prevenir lesiones en la práctica de deportes ya que mejora la flexibilidad y la resistencia de huesos y músculos” aseguró la especialista canadiense y pidió involucrar a los “gobiernos a generar políticas públicas que contribuyan a la realización de más ejercicio”.
Jorge Cancino López, especialista chileno en ciencias de la actividad física, presentó la idea de “entrenamiento de la fuerza muscular” como modo de prevenir el “deterioro” corporal y conseguir una “mayor calidad de vida” para los adultos mayores.
Según este experto, a partir de los 40 años se experimenta “pérdida de masa muscular”, lo que provoca “fragilidad” por la “disminución en la velocidad de marcha y en la fuerza” que ocasionan “torpeza en las actividades de la vida diaria” y riesgos de caídas con consecuencias para la salud.
Cancino remarcó la importancia de realizar “al menos 30 minutos de actividad física cada día” y enfatizó que, en el caso de los adultos mayores, este ejercicio sea “valorado por un médico”, “supervisado” y “diferente de la actividad física tradicional”, remitiendo al concepto de “entrenamiento”.
El encuentro, que concluirá mañana, abordará también aspectos relacionados con el desarrollo de una actividad física segura y la influencia de la hidratación de los procesos cognitivos, con la participación de la argentina Patricia Sangenis y los profesores Robert Murray y Mathew S. Ganio, entre otros.