El 16 de diciembre, como todos los años, se inició la novena de Navidad 2020. Durante estos nueve días se celebra el nacimiento del Niño Jesús. Si quieres rezar la novena en tu casa aquí te la dejamos la del día cuatro: “María visita a su prima Isabel”.
CUARTO DÍA DE NOVENA
Este cuarto día de nuestra Novena nos llene el Señor con su Santo Espíritu para que podamos estar, como María nuestra madre, al servicio de la vida.
Reunidos en su nombre miremos al ser humano, obra maravillosa del amor de Dios y démosle gracias por este don maravilloso de la maternidad al servicio del mundo y para bien de la Iglesia.
Villancico
Oración Inicial
Dios, Padre Nuestro,
que has iluminado el mundo con el nacimiento de Jesús,
luz del mundo,
causa de nuestra alegría,
concédenos amarlo sobre todas las cosas, ser sus fieles discípulos
y jamás separarnos de Él,
y por el testimonio de nuestra vida y palabras, ser la luz que brilla en nuestra familia.
Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén
Palabra de Dios
Lc 1,39-45
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: ‘¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
Reflexión
Después del anuncio del Ángel, María sale de visitar y servir a su prima Isabel. Mujer anciana que también estaba embarazada. Comprendió que ser la Madre del Señor implicaba entrega plena a Dios y servicio a los demás llevando Misericordia y Consuelo.
Así, María se convierte en la mujer que acompaña a Jesús y nos acompaña también a nosotros en los momentos importantes de la vida.
Con este ejemplo debemos preguntarnos: ¿recibimos, acompañamos, defendemos y servimos a nuestros hermanos, sobre todo a los más débiles? o nos quedamos como meros espectadores que nos limitamos preguntarnos ¿por qué Dios no actúa? o a señalar culpables. ¿Somos los que activamente intervenimos, como lo hizo María, buscamos soluciones eficaces poniendo la generosidad y haciendo los esfuerzos necesarios para cumplir la misión de anunciar el Evangelio de la misericordia?
Hoy la gente sigue expuesta a muchos peligros: niños legalmente impedidos de nacer porque la perversa cultura de la muerte se los niega; jóvenes desorientados y expuestos a la violencia, las drogas y a ideologías que destruyen su personalidad e identidad; ancianos y enfermos arrinconados y olvidados por el descarte; mujeres solas que buscan ayuda para salir adelante con sus hijos. ¿nos preocupan verdaderamente nuestros hermanos?
María sigue a nuestro lado como lo hizo junto a Isabel. Con presencia efectiva madre que intercede. Mujer por la vida. La que nos enseña a servir a los demás.
Villancico
Diálogo y Compromiso
¿De qué manera: personal, familiar y comunitariamente podemos mostrar nuestra fe asumiendo un servicio hacia alguien en concreto?
Compromiso
Hagamos el propósito de visitar frecuentemente a nuestros familiares y amigos enfermos o ancianos.
Peticiones
Confiando en tu amor y en el Nombre de tu Hijo Jesucristo te decimos: «Concédenos amar y servir como María»
- Señor, Tú que conoces las necesidades de cada familia de nuestra patria, te pedimos para que viviendo la unidad entre sus miembros seamos escuela de servicio y de misericordia. Oremos.
- Señor, Tú que te dejas ver en el pequeño, danos la gracia de defender a los niños desde la concepción de manera íntegra y verdadera. Oremos.
- Señor, Tú que nunca nos dejas solos en las dificultades y problemas de la vida, bendice a los benefactores de las obras de la iglesia en las que se sirve a los más pobres. Te lo pedimos Señor.
- Señor, Tú que llenas de gracia a los humildes y pequeños, danos el don de la humildad para llenos de tu Espíritu salir al encuentro de nuestros hermanos y servirlos con tu amor. Te lo pedimos Señor.
Amado Padre: Tú que al enviarnos al mundo el Verbo Encarnado, hiciste de María ejemplo de servicio y de entrega, concédenos la gracia de ser servidores dignos de tu amor y misericordia. Por Jesucristo. Nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final
Oh María,
aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Madre, el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia
o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con solícita constancia, para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén.
(San Juan Pablo II, Encíclica Evangelium Vitae )
Bendición
Bendice Señor a tu pueblo y a quienes rezamos esta Novena de preparación al nacimiento de tu Hijo concédenos la gracia de celebrar el don de la vida.
El Señor Todopoderoso nos bendiga y nos guarde de todo mal. Por Jesucristo nuestro Señor.
Villancico