Según el Work Trend Index realizado por Microsoft, las ondas cerebrales demuestran que la fatiga causada por las reuniones a distancia, o videollamadas, es real.
El estudio encontró que los marcadores de las ondas cerebrales asociados con el trabajo excesivo y el estrés son significativamente más altos en las videollamadas que en el trabajo no relacionado con reuniones, como escribir correos electrónicos.
Además, debido a los altos niveles de concentración sostenida, la fatiga comienza a sentirse a los 30-40 minutos de la reunión. Con días llenos de videollamadas, el estrés empieza a sentirse a tan solo dos horas de iniciado el día.
¿Qué factores causan fatiga?
El estudio sugiere varios factores que causan esta fatiga por videollamadas:
- tener que enfocarse continuamente en la pantalla para captar la información relevante y mantenerse participativos
- menos señales no verbales, que ayudan a percibir el ambiente de la sala o a saber de quién es turno de hablar
- compartir la pantalla con una vista muy reducida de las personas con las cuales se está interactuando.
Colaboración a distancia es más difícil, pero el regreso al trabajo presencial puede llegar a ser igual de difícil
El estudio también aportó dos conocimientos importantes: en un mundo que está migrando cada vez más al teletrabajo, las personas encuentran que la colaboración a distancia es mentalmente más difícil; pero también, a medida que regresan a un trabajo presencial más frecuente conforme la pandemia disminuye, pueden sentir que ese trabajo es más difícil que antes del COVID-19.
Los patrones de las ondas cerebrales asociados al estrés y al trabajo excesivo fueron mucho más altos en la colaboración a distancia que en la colaboración en persona. Sin embargo, también descubrieron algo inesperado: si el par trabajaba primero a distancia, sus ondas cerebrales sugerían que les resultaba más difícil trabajar después juntos en persona en la segunda tarea.