En febrero, marzo y abril, los productos que nos ofrece la tierra están en su mayor florecimiento. Nuestros ancestros, solían tomar estos granos tiernos, y los cocinaban con sal y ají.
El momento de la comida era un ritual importante, por lo que los españoles, en su afán evangelizador, sobre todo en Semana Santa, decidieron adaptar un método de predicación a través de atar los nombres de cada uno de los granos a un personaje clerical.
Esta interpretación es un compendio de algunas tradiciones, fruto de la investigación del chef ecuatoriano Édgar León, autor del libro «Sopas, la identidad de Ecuador». Inspirado en los cuatro años que vivió como seminarista, decidió recopilar esta información que reposa en los libros de recetas de las Clarisas, monjas de claustro de Quito; del convento de San Francisco, de los padres franciscanos; del convento de las Conceptas de Loja; de las monjas de claustro de Cuenca y de la familia Veintimilla- Crespo de Cuenca.
Ingredientes:
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Choclo: Simboliza a San Pedro, porque el número de granos de una mazorca dan fe de los hijos y nietos que tuvo. El pelo, representa su barba.
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Chochos: Tienen que ser purificados por siete días. Este santo es Judas Iscariote, que solo lavado podrá ser parte de la sopa.
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Arvejas: Perlas verdes que representan a San Antonio, el amor por la naturaleza y la labranza. “Alimenta el cuerpo para que tenga paz el alma”.
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Habas: Granos de sabor dominante por excelencia y de gran identidad. Representa a María Magdalena, por ser la compañera de la madre de Jesús.
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Zapallo: Por su abundante comida representa a San Francisco de Asís, quien abandonó su reino y fortuna para seguir a Dios.
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Fréjol: Los tres fréjoles representan a los Reyes Magos, que llevaron a Belén oro, mirra e incienso.
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Bacalao: Representa la multiplicación de los peces. Es el invitado que no puede faltar. Es Jesús, que remite el sentido de compartir.
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Cebolla: Representan las trenzas de la Virgen María. Por provocar el llanto, hacen referencia a las lágrimas derramadas.
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Leche y derivados: San Agustín, el santo de mayor equilibrio, purifica las relaciones, armoniza sabor y aroma.
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Hierbas aromáticas: Culantro y orégano son Fray Martín de Porres, único santo de color negro, que sanaba con hierbas y raíces.
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Las frituras: Se agregan al final y representan a parientes políticos, que si se quiere o no se las puede evadir, como con algunas visitas.