Entre los elementos que más llamaron la atención de la boda entre Meghan Markle y el príncipe Harry se encuentran el vestido y las joyas que utilizó la ahora duquesa, quien se atrevió a hacer algo que sorprendió a la familia real.
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Este día Meghan pudo tener acceso al joyero real, donde se albergan una gran cantidad de tiaras, pendientes y collares de la realeza británica, las cuales son custodiadas en la Torre de Londres y es considerada la colección más valiosa del mundo.
Pero la tiara que utilizó Meghan es una pieza que poco se ha visto en actos públicos. Esta joya perteneció a María de Teck, abuela de la reina Isabel y esposa del rey Jorge V de Gran Bretaña e Irlanda.
Sin embargo, María de Teck fue conocida por su gran pasión por las joyas, las cuales presumía en cualquier evento de la realeza y también por su ostentosa forma de vida.
La historia
María de Teck mandó a fabricar la tiara en 1932 con el fin de lucir el diamante que le regaló la condesa de Lincoln por su boda con el duque de York. Originalmente el diamante estaba colocado en un broche, que fue confeccionado en 1893.
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La tiara cuenta con diamantes, brillantes y platino; además tiene una banda adornada por el broche y óvalos en pavé, en dirección al espectacular centro coronado por diez diamantes.
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