Una bebida se toma en 15 minutos y el sorbete que se usa tarda en descomponerse 1.000 años. No solo eso, en el proceso de descomposición, el polipropileno con el que se fabrica, se fragmenta en partículas microscópicas. Estas partículas terminan en los océanos y afectan los ecosistemas marinos.
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A partir del día internacional de la Tierra (22 de abril), ciudades y naciones buscan prohibir los sorbetes. Esto se debe a que como propuesta de este año se aporte contra la erradicación de plástico en el planeta.
Los científicos australianos Denise Hardesty y Chris Wilcox estiman, con base en datos de cinco años de estudio se manifestaron sobre las cifras de plástico en el planeta. Se aprecia que hay entre 437 millones y 8.300 millones de sorbetes en las costas del mundo. A raíz de esto ciudades estadounidenses como Seattle y Miami Beach fueron los pioneros en sumarse a esta causa. La primera ministra británica Theresa May siguiendo los pasos pidió a las naciones de la Mancomunidad Británica que sopesen la prohibición de sorbetes y los agitadores de líquidos.
Sorbetes, no gracias
No obstante, el año anterior, un grupo de estudiantes de la Universidad San Francisco de Quito, lanzó una campaña para evitar el uso de sorbetes en Quito. La campaña llamada «Sorbetes, no gracias» promueve la concientización del impacto que causa en el medio ambiente el uso de sorbetes. Actualmente con el ‘hastag’ #SorbetesNoGracias se ha logrado que entidades también se sumen a esta causa.
Es por esto que varios países evalúan la restricción de la venta y uso de los llamados plásticos de un solo uso. En Quito, restaurantes como Fridays se han sumado a este movimiento y ya han eliminado el uso de sorbetes.
En el Café de la Vaca, que tiene locales en Machachi, Cayambe y San Luis, en la provincia de Pichincha, desde hace dos años y medio no acompañan sus bebidas con sorbetes. María Sol Guarderas, gerenta de la cadena, asegura que cuando implementaron la iniciativa tuvieron resistencia. Además desde hace cuatro meses utilizan empaques biodegradables hechos de bagazo de caña.
El Restaurante Crepes&Wafles ha colocado en todas sus mesas la campaña «Sin Sorbete por fa» sumándose a esta campaña y a partir del 9 de abril eliminaron completamente el uso de plásticos.
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El uso de sorbetes como debate mundial
El Ministerio del Ambiente, el pasado 23 de abril también anunció eliminar paulatinamente el uso de fundas plásticas. Tarcisio Granizo,Ministro del Ambiente de Ecuador, exhortó a dejar de pedir en restaurantes sorbetes plásticos.
Galápagos es la única provincia del país que tiene normativa que limita plásticos de un solo uso. Desde 2014, se produjo una resolución del Consejo de Gobierno del Régimen Especial (CGREG). Esta restringe el uso de fundas plásticas tipo camiseta y envases desechables de poliestireno expandido.
El parque Nacional Galápagos ha recolectado 22 toneladas de basura plástica, entre ellas sorbetes en lo que va del 2018.
La actual presidenta de la CGREG ha añadido que la restricción será paulatina y que por primera fase se prohibirá el uso de sorbetes. Tapia asegura que los controles se implementarán desde el puerto de Guayaquil. Por lo tanto, la isla le dice NO a la utilización de estos objetos plásticos de un solo uso.
A partir del 22 de mayo, ya no se usarán más sorbetes. Desde el 21 de junio nada de fundas tipo camiseta. Un mes después se restringirán todos los recipientes de espuma flex y desde el 21 de agosto, ninguna botella que no sea retornable.
Los sorbetes en datos
- Son el cuarto residuo más común de la basura total que hay en los océanos
- Sólo en Estados Unidos se usan unas 500 millones de pajitas al día
- El polipropileno (plástico reciclable con el que se fabrican las pajitas) se lleva el 45% de la torta de los plásticos que se fabrican en nuestro país
Alternativas del uso del sorbete plástico
Si como gerente de algún restaurante, todavia se resiste a entregar sorbetes a sus clientes, se le recomienda el uso del sorbete de bambú. Es una solución costosa (20 veces mas caro que el sorbete de plástico), pero estos son naturales y pueden ser reutilizados. También se le puede ofrecer a la venta a los comensales que se rehusen a no usar un sorbete.
En EE.UU. 500.000 sorbetes que se producen cada día y si se ataran como una vara larguísima, le daría la vuelta a la tierra 2,5 veces. Ese dato solo refleja que estamos produciendo plástico que nos excede y toda esa basura termina en nuestros océanos. No pedir sorbete es una responsabilidad como consumidores, pero se sabe que falta educación, por lo tanto es necesario que se sumen más restaurantes a este movimiento a favor del planeta.
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